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Números 18:1 - Versión Biblia Libre

1 El Señor le dijo a Aarón: “Tú y tus hijos y los otros levitas son responsables de los pecados relacionados con el santuario. Sólo tú y tus hijos son responsables de los pecados relacionados con su sacerdocio.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Luego el Señor le dijo a Aarón: «Tú, tus hijos y tus parientes de la tribu de Leví serán los responsables de cualquier ofensa relacionada con el santuario; pero solo tú y tus hijos serán los responsables de las faltas relacionadas con el sacerdocio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Yavé dijo a Aarón: 'Tú, tus hijos y tu tribu contigo, serán responsables del Santuario. Tú y tus hijos contigo, tendrán la responsabilidad del sacerdocio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Entonces YHVH dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y tu casa paterna contigo, cargaréis con las ofensas° contra el Santuario. Y tú y tus hijos contigo cargaréis con las ofensas contra vuestro sacerdocio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Dijo Yahveh a Aarón: 'Tú y tus hijos, y contigo la casa de tu padre, cargaréis con el peso de las faltas contra el santuario; tú y tus hijos cargaréis con el peso de las faltas de vuestro sacerdocio.

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Números 18:1
22 Referencias Cruzadas  

Aarón lo llevará en la frente, para que se responsabilice de la culpa de las ofrendas que hagan los israelitas, y esto se aplica a todas sus santas ofrendas. Debe permanecer siempre en su frente para que el pueblo sea aceptado en la presencia del Señor.


Después de su sufrimiento, verá los resultados y quedará satisfecho. A través de su conocimiento, mi siervo que hace lo que es correcto, enderezará a muchos, y cargará con sus pecados.


Todos nosotros nos hemos extraviado, como ovejas. Cada uno de nosotros ha seguido su propio camino, y el Señor permitió que toda nuestra culpa cayera sobre él.


“Luego acuéstate sobre tu lado izquierdo y carga con los pecados de los israelitas. Llevarás sus pecados durante el número de días que te acuestes sobre tu costado.


“¿Por qué no tomaron la ofrenda por el pecado y la comieron en el lugar santo, porque es muy santa y se les dio para quitar la culpa del pueblo, haciéndolo justo ante el Señor?


permitiendo que el pueblo las coma y al hacerlo asuman el castigo por la culpa. Porque yo soy el Señor que las hace santas”.


Los sacerdotes deben hacer lo que yo les exija, para que no se hagan culpables y mueran por no haberlo hecho, tratando mis exigencias con desprecio. Yo soy el Señor que los hace santos.


“Así como han explorado el país durante cuarenta días, su castigo por sus pecados será de cuarenta años, un año por cada día, y verán lo que ocurre cuando me opongo a ustedes.


estedado el privilegio de acercarte a él, a ti, Coré, a y a todos los demás levitas, ¡pero ahora también quieren tener el sacerdocio!


El que se atreva a acercarse al Tabernáculo del Señor morirá. ¿Nos van a aniquilar a todos?”


y escriban el nombre de Aarón en el bastón de la tribu de Leví, porque tiene que haber un bastón para el jefe de cada tribu.


Moisés colocó los bastones ante el Señor en la Tienda del Testimonio.


“También te pertenecen los regalos voluntarios y las ofrendas de los israelitas. Te he dado esto a ti y a tus hijos e hijas como una regla permanente. Todos los de tu casa que estén ceremonialmente limpios pueden comerlo.


“Reúne a la tribu de Leví y preséntalos ante el sacerdote Aarón para que le ayuden en el ministerio.


En este tiempo el Señor puso a la tribu de Leví a cargo de llevar el Arca del Pacto del Señor, así como de servir al Señor poniéndose en su presencia, y de pronunciar bendiciones en su nombre, como continúan haciendo hasta hoy.


Sigan a sus líderes, y hagan lo que ellos les piden, porque ellos cuidan de ustedes y darán cuenta. Actúen de tal manera que ellos puedan hacerlo con alegría, y no con tristeza, pues eso no sería bueno para ustedes.


Pues el sumo sacerdote que tenemos no es uno que no pueda entender nuestras debilidades, sino uno que fue tentado de la misma forma que nosotros, pero no pecó.


Tomó las consecuencias de nuestros pecados sobre sí mismo en su cuerpo en la cruz para que nosotros pudiéramos morir al pecado y vivir en justicia. “Por sus heridas, somos sanados”.


Miqueas ordenó al levita como su propio sacerdote y vivió en la casa de Miqueas.


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