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Mateo 10:10 - Versión Biblia Libre

10 ni lleven una bolsa de provisiones para el camino, ni dos abrigos, o sandalias, ni un bastón para caminar, porque todo trabajador merece su sustento.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 No lleven bolso de viaje con una muda de ropa ni con sandalias, ni siquiera lleven un bastón. No duden en aceptar la hospitalidad, porque los que trabajan merecen que se les dé alimento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ni de alforja para el camino ni de dos túnicas, ni de sandalias ni de bordón, porque digno es el obrero de su alimento.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.

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Mateo 10:10
12 Referencias Cruzadas  

Ustedes y sus familias pueden comerla en cualquier sitio porque es la compensación por su servicio en el Tabernáculo de Reunión.


Donde vayan, cualquiera sea la ciudad o aldea, pregunten por alguien que viva conforme a buenos principios, y quédense allí hasta que se marchen.


Les dijo que no llevaran nada con ellos, excepto un bastón. No llevarían pan, ni bolsas, ni dinero en sus cinturones.


“Si tienes dos mantos, entonces comparte tu manto con quien no tiene. Si tienes alimento, comparte con los que no tienen”, les decía.


“No lleven nada para el viaje”, les dijo. “No lleven bastón, no lleven bolsas, no lleven pan, no lleven dinero, ni siquiera ropa adicional.


Por favor, cuando vengas, trae el abrigo que dejé donde Carpo en Troas, y los libros, especialmente los pergaminos.


Tomó su bastón, escogió cinco piedras lisas del arroyo y las puso en su bolsa de pastor. Llevando su honda en la mano, se acercó al filisteo.


“Pero si vamos, ¿qué podemos darle?” respondió Saúl. “Todo el pan de nuestras bolsas se ha acabado. No tenemos nada que llevarle al hombre de Dios. ¿Qué tenemos con nosotros?”


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