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Lucas 6:48 - Versión Biblia Libre

48 Esa persona es como el hombre que construye una casa. Cava un hueco y establece allí el fundamento sobre la roca sólida. Cuando se desborda el río y las aguas golpean contra aquella casa, la casa no se daña porque está bien construida.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

48 Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y golpean contra esa casa, esta queda intacta porque está bien construida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

48 Se parece a un hombre que construyó una casa; cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca; vino una inundación y la corriente se precipitó sobre la casa, pero no pudo removerla porque estaba bien construida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

48 Es semejante a un hombre que edifica una casa, el cual excavó profundamente y puso el cimiento sobre la roca; y viniendo una inundación, el torrente embistió contra aquella casa pero no pudo sacudirla por estar bien edificada.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

48 Se parece a un hombre que, al ponerse a construir una casa, cavó y ahondó y puso los cimientos sobre la roca; cuando llegó la crecida, el torrente se precipitó contra aquella casa, pero no pudo derribarla, por estar bien construida.

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Lucas 6:48
37 Referencias Cruzadas  

Entonces cantó: El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador.


Porque ¿quién es Dios sino el Señor? ¿Quién es la Roca, sino nuestro Dios?


¡El Señor vive! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Alabado sea el Dios que me salva!


Las olas de la muerte me arrastran, las aguas de la destrucción me inundan;


“El Dios de Israel habló; la Roca de Israel me dijo: ‘El que gobierna al pueblo con justicia, el que gobierna respetando a Dios,


Por lo tanto, que todos los que te son fieles oren a ti mientras aún hay tiempo, para que cuando los problemas vengan como una inundación, no los ahoguen.


Él es el que me protege y me salva. Él me mantiene a salvo y por ello nunca estaré en peligro.


¡Vengan, cantemos con alegría al Señor! ¡Gritemos triunfantes a la roca de nuestra salvación!


Cuando azote la tormenta, los malvados no sobrevivirán; pero los que hacen el bien estarán salvos y seguros por siempre.


Confía en el Señor para siempre, porque el Señor Dios es la Roca eterna.


En consecuencia, escuchen lo que dice el Señor Dios: ¡Mira! Estoy colocando una piedra fundamental en Jerusalén, una piedra fuerte y bien probada. Es una piedra angular valiosa que proporciona un fundamento firme. El que confía en ella no quedará suelto.


Los de occidente se asombrarán ante el Señor, y los de oriente se asombrarán ante su gloria, porque llegará como un torrente impetuoso, impulsado por el Espíritu del Señor.


pero los que están contra él serán arrastrados por una gran inundación hasta ser destruidos. Él va tras sus enemigos hasta hacerlos llegar a la oscuridad de la muerte.


Les daré el ejemplo de alguien que viene a mí, oye mi instrucción y la sigue.


La persona que me oye pero no hace lo que yo digo es como un hombre que construye una casa sin fundamentos. Cuando la creciente viene contra la casa, la casa colapsa de inmediato, y queda completamente destruida”.


Les he dicho todo esto a fin de que tengan paz porque ustedes son uno conmigo. Ustedes sufrirán en este mundo, pero sean valientes— ¡Yo he derrotado al mundo!”


Entonces animaron a los creyentes a mantenerse firmes y a seguir creyendo en Jesús. “Tenemos que pasar por muchas pruebas para entrar al reino de Dios”, decían.


que está siendo edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, del cual Cristo es la piedra angular.


Pero Israel, te engordaste y te rebelaste: con grasa, sobrepeso y llenura de comida. Abandonaste al Dios que te hizo y despreciaste la Roca de tu salvación.


Abandonaste a la Roca que te engendró; olvidaste al Dios que te dio a luz.


La roca en la que confían no es como nuestra Roca, como incluso nuestros enemigos admiten.


Pero el fundamento sólido y fiel de Dios se mantiene firme, con esta inscripción: “El Señor conoce a los que son suyos”, y “Todo el que invoque el nombre del Señor está apartado de todo mal”.


Así que, hermanos y hermanas, estén todos cada vez más determinados a ser verdaderamente los “llamados y escogidos”. Y si hacen esto, nunca caerán.


Ahora, mis queridos amigos, sigan viviendo en Cristo, para que cuando aparezca, podamos estar seguros y no tengamos vergüenza delante él en su venida.


Ahora, a Aquél que puede guardarlos sin caer, y que puede llevarlos a su gloriosa presencia sin falta, y con gran gozo,


¡No hay nadie santo como el Señor, nadie aparte de ti, ninguna Roca como nuestro Dios!


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