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Lucas 2:36 - Versión Biblia Libre

36 Ana, la profetisa, vivía también en Jerusalén. Ella era la hija de Fanuel, de la tribu de Aser, y ya estaba muy vieja. Había estado casada por siete años

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 En el templo también estaba Ana, una profetisa muy anciana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Su esposo había muerto cuando solo llevaban siete años de casados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Había también una profetisa muy anciana, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. No había conocido a otro hombre que a su primer marido, muerto después de siete años de matrimonio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Estaba también allí cierta profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ésta, de edad muy avanzada, había vivido con su marido siete años desde su virginidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 También estaba allí una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Tenía ya una edad muy avanzada. Casada cuando era jovencita, había vivido con su marido siete años

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Lucas 2:36
18 Referencias Cruzadas  

Y Felipe tenía cuatro hijas solteras que profetizaban.


La profeta Miriam, hermana de Aarón, cogió una pandereta y todas las mujeres la siguieron bailando y tocando la pandereta.


En cuanto a los “dones espirituales”. Mis hermanos y hermanas, quiero explicarles esto:


En esos días derramaré mi Espíritu sobre mis siervos —hombres y mujeres por igual— y profetizarán.


Incluso cuando envejezcan seguirán produciendo fruto, permaneciendo frescos y verdes.


Vivirás hasta una edad madura como una gavilla de grano cuando se cosecha.


El sacerdote Jilquías, Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron y hablaron con la profetisa Huldá, esposa de Salum, hijo de Ticvá, hijo de Jarjás, guardián del guardarropa. Vivía en Jerusalén, en el segundo barrio de la ciudad.


Débora, esposa de Lapidot, era profeta y dirigía a Israel como juez en ese momento.


Entonces Lea dijo: “Soy muy feliz, y las otras mujeres también lo dirán!” Y a este hijo lo llamó Aser.


doce mil de la tribu de Aser, doce mil de la tribu de Neftalí, doce mil de la tribu de Manasés,


La suerte para la quinta asignación cayó sobre la tribu de Aser, por familias.


Elcana tenía dos esposas. El nombre de la primera esposa era Ana, y el de la segunda, Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no tenía ninguno.


“Ahora, hijo de hombre, debes oponerte a esas mujeres israelitas que inventan profecías en su propia mente. Profetiza contra ellas


y revelará lo que ellos piensan realmente. Para ti será como una espada que atravesará directo a tu corazón”.


Y en ese momento, llegó donde ellos estaban, y comenzó a alabar a Dios. Y les habló de Jesús a todos los que estaban allí los que esperaban el tiempo en que Dios libertaría a Jerusalén.


La cabeza de una mujer es deshonrada si ora o profetiza con su cabeza descubierta, es como si tuviera su cabello rapado.


Un anciano debe ser irreprochable, casado con una mujer, debe tener dominio propio, ser equilibrado, sensible, hospitalario, y con capacidad de enseñar.


Solo las viudas mayores de sesenta años que han sido fieles a sus esposos deben estar en la lista.


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