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Juan 3:6 - Versión Biblia Libre

6 “Lo que nace de la carne, es carne, y lo que nace del Espíritu, es Espíritu.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Lo nacido de la carne, carne es; y lo nacido del Espíritu, espíritu es.

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Juan 3:6
25 Referencias Cruzadas  

Por eso todo el que está en Cristo es un nuevo ser. ¡Lo viejo ya se ha ido y ha llegado lo nuevo!


Y todos los que son nacidos de Dios ya no pecan más, porque la naturaleza de Dios habita en ellos. Y no pueden seguir pecando porque han nacido de Dios.


¡Pero todo el que se une al Señor es uno con él en espíritu!


porque yo sé que no hay nada bueno en mí en lo que tiene que ver con mi naturaleza humana pecaminosa. Aunque quiero hacer el bien, simplemente no puedo hacerlo.


Dios se dio cuenta de que la perversión del mundo se debía a que todos vivían vidas inmorales.


Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, y hazme fiel otra vez.


¿Cómo puede un ser humano ser justo ante Dios? ¿Puede alguien nacido de mujer ser puro?


¿Quién puede sacar algo limpio de lo impuro? Nadie.


Porque si ustedes viven bajo el control de su naturaleza pecaminosa, van a morir. Pero si siguen el camino del Espíritu, dando muerte a las cosas malas que hacen, entonces vivirán.


Todos una vez fuimos así, y nuestra conducta estaba determinada por los deseos de nuestra naturaleza humana pecaminosa y nuestros malos pensamientos. Como todos los demás, en nuestra naturaleza éramos hijos de la ira.


Ustedes fueron “circuncidados” en él, pero no con manos humanas. Han sido liberados de la naturaleza humana por la “circuncisión” que Cristo llevó a cabo.


Los que pertenecen a Cristo han clavado en la cruz su naturaleza humana pecaminosa, junto con todas sus pasiones y deseos pecaminosos.


Estos son los hijos que no nacieron de forma habitual, o como resultado de los deseos o de la voluntad humana, sino nacidos de Dios.


Cuando éramos controlados por la vieja naturaleza, nuestros deseos pecaminosos (tal como los revela la ley) obraban dentro de nosotros y traían como resultado la muerte.


Y el Señor se dio cuenta de cuán malvados se habían vuelto los habitantes de la tierra, pues cada uno de los pensamientos en sus mentes estaban llenos de maldad.


Cuando Adán cumplió la edad de 130 años, tuvo un hijo semejante a él, y a su imagen, y le puso como nombre Set.


La situación es esta: Aunque yo mismo elijo en mi mente obedecer la ley de Dios, mi naturaleza humana obedece la ley del pecado.


No te sorprendas de que te dije: ‘Debes volver a nacer’.


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