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Juan 15:2 - Versión Biblia Libre

2 Él corta de mí cada una de las ramas que no llevan fruto. Él poda las ramas que llevan fruto a fin de que lleven mucho más fruto.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Él corta de mí toda rama que no produce fruto y poda las ramas que sí dan fruto, para que den aún más.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Toda rama que no da fruto en mí la corta. Y toda rama que da fruto la limpia para que dé más fruto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo levanta;° y todo el que lleva fruto, lo limpia para que lleve más fruto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Todo sarmiento mío que no da fruto lo corta; y todo el que da fruto lo poda, para que dé más todavía.'

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Juan 15:2
42 Referencias Cruzadas  

Los que tienen razón prosperan, y los que tienen las manos limpias se hacen cada vez más fuertes.


Incluso cuando envejezcan seguirán produciendo fruto, permaneciendo frescos y verdes.


La vida de los que hacen el bien es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que su luz llega a plenitud del día.


A través de esta experiencia la culpa de Jacob será perdonada. La eliminación de sus pecados dará sus frutos cuando tomen todas las piedras de los altares paganos y las hagan pedazos como si fueran tiza: no quedarán en pie postes de Asera ni altares de incienso.


Los humildes serán aún más felices en el Señor, y los pobres encontrarán su alegría en el Santo de Israel.


Algunos de los sabios serán asesinados, para que puedan ser refinados y purificados y limpiados hasta el tiempo del fin, porque el tiempo predicho aún está por venir.


Conozcamos al Señor; procuremos conocerlo y él se aparecerá frente a nosotros como el sol brillante. Él vendrá a nosotros tan ciertamente como la lluvia de la primavera que riega la tierra”.


Él se sentará como el que refina y purifica la plata; así purificará a los descendientes de Leví, y los refinará como oro, para que pueda traer ofrendas puras al Señor.


“Aquellos que ya tienen recibirán más, más que suficiente. Pero aquellos que no tienen, lo que lleguen a tener se les quitará.


Y les contó otro relato ilustrado: “El reino de los cielos es como la levadura que una mujer mezcló con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa creció”.


“Toda planta que no haya sembrado mi Padre será arrancada”, respondió Jesús.


Entonces vio una higuera junto al camino, y se dirigió hacia ella pero no encontró ningún fruto, sino solamente hojas. Entonces le dijo a la higuera: “¡Ojalá que nunca más puedas producir fruto!” E inmediatamente la higuera se marchitó.


Porque al que tiene se le dará aún más; y al que no tiene nada, incluso lo que tenga se le quitará.


De hecho, el hacha está lista para derribar los árboles. Todo árbol que no produce buen fruto, será derribado y lanzado al fuego.


Él tiene el aventador listo en su mano. Limpiará la era y almacenará el trigo en el granero, pero quemará la paja en el fuego que no se puede apagar”.


Todo árbol que no produce frutos buenos, se corta y se lanza al fuego.


Pero las semillas que fueron sembradas en el buen suelo representan a aquellos que escuchan la palabra, la aceptan, y produce fruto, produciendo treinta, sesenta y hasta cien veces más lo que originalmente se sembró.


Las semillas que caen en las rocas son aquellos que oyen y reciben el mensaje con alegría pero no tienen raíces. Creen por un tiempo pero cuando llegan momentos difíciles se rinden.


“Yo soy la vid verdadera y mi padre es el jardinero.


Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Yo les he dado a ustedes la responsabilidad de ir y producir fruto duradero. Entonces el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.


Ustedes ya están podados y limpios por lo que les he dicho.


Todo aquél que no permanece en mí es como una rama que es cortada y se seca. Tales ramas se juntan, son lanzadas al fuego y quemadas.


Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen mucho fruto, demostrando que son mis discípulos.


Mientras estuve con ellos, los protegí en tu nombre, el nombre que me diste. Cuidé de ellos para que ninguno se perdiera, excepto el ‘hijo de perdición,’ para que se cumpliera la Escritura.


Ahora, si algunas de las ramas han sido arrancadas, y tú—un brote silvestre de olivo—has sido injertado, y has compartido con las demás ramas el beneficio de las raíces del árbol de olivo,


De modo que debes reconocer la bondad y también la dureza de Dios, pues fue duro con los caídos, pero es bondadoso contigo siempre que confíes en su bondad, de lo contrario también serías cortado.


Sabemos que en todas las cosas Dios obra para el bien de los que le aman, aquellos a quienes él ha llamado para formar parte de su plan.


Si yo tuviera elocuencia en lenguas humanas—incluso en lenguas angelicales—pero no tengo amor, sería solo como un metal ruidoso o címbalo que resuena.


Pues él se entregó a sí mismo por nosotros, para podernos libertar de toda nuestra maldad, y para limpiarnos para él, como un pueblo que le pertenece, y que está dispuesto a hacer el bien.


Asegúrense de que no les falte la gracia de Dios, en caso de que surja alguna causa de amargura y tribulación y termine corrompiendo a muchos entre ustedes.


Ellos se fueron, pero no eran parte de nosotros, porque si así hubiera sido, habrían permanecido aquí. Pero cuando se fueron demostraron que ninguno de ellos hacía parte de nosotros.


“Yo corrijo y disciplino a los que amo. Así que sé sincero y arrepiéntete.


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