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Juan 10:3 - Versión Biblia Libre

3 El portero le abre la puerta y las ovejas responden a su voz. Él llama a sus ovejas por nombre, y las saca del redil.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El portero le abre la puerta, y las ovejas reconocen la voz del pastor y se le acercan. Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre y las lleva fuera del redil.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El cuidador le abre y las ovejas escuchan su voz; llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y a sus ovejas llama por su nombre, y las saca.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 A éste le abre el portero, y las ovejas atienden a su voz; llama a sus propias ovejas por su nombre y las saca fuera.

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Juan 10:3
32 Referencias Cruzadas  

Por favor escúchanos, pastor de Israel, tú, que guías a los descendientes de José como a un rebaño. Tú, que te sientas en tu trono sobre los querubines, brilla


El Señor le dijo a Moisés: “Prometo hacer lo que me pidas, porque soy feliz contigo y te conozco personalmente”.


Debes conocer bien el estado de tu rebaño y cuidar bien de tus manadas,


Querida, sentada allí en los jardines con compañeros escuchándote... ¡Por favor, háblame a mi!


Cuida de su rebaño como un pastor. Coge a los corderos en brazos y los estrecha contra su pecho. Conduce a los que amamantan a las crías.


Llevaré a los ciegos por un camino que no conocen; los guiaré por senderos que no conocen. Convertiré las tinieblas en luz ante ellos, y allanaré las asperezas. Esto es lo que voy a hacer por ellos; no los defraudaré.


Yo soy el buen pastor. Yo sé cuáles son mías, y ellas me conocen


Tengo otras ovejas que no están en este redil. Debo traerlas también. Ellas escucharán mi voz, y entonces habrá un solo rebaño con un solo pastor.


Después, camina delante de ellas y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.


Yo soy la puerta. Todo el que entra a través de mi, será sanado. Podrá ir y venir, y encontrará la comida que necesite.


Todos los que el Padre me entrega, vendrán a mí, y yo no rechazaré a ninguno de ellos.


Tal como está escrito por los profetas en las Escrituras: ‘Todos serán instruidos por Dios’. Todo aquél que escucha y aprende del Padre, viene a mí.


A los que escogió también llamó, y a aquellos a quienes llamó también justificó, y a quienes justificó también glorificó.


porque se me ha presentado una gran oportunidad allí, aunque tengo también muchos opositores.


De hecho, le pido a mi compañero de trabajo, que ayude a estas mujeres, pues ellas trabajaron conmigo en la predicación de la buena noticia, así como Clemente y mis demás compañeros, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.


Oren también por nosotros para que Dios abra una puerta de oportunidad para predicar el mensaje, para hablar sobre el misterio revelado de Cristo, que es la razón por la que me encuentro prisionero aquí.


Pero el fundamento sólido y fiel de Dios se mantiene firme, con esta inscripción: “El Señor conoce a los que son suyos”, y “Todo el que invoque el nombre del Señor está apartado de todo mal”.


A ellos se les explicó que lo que hacían no era para ellos mismos, sino para ustedes, pues aquello de lo que ellos hablaron, ustedes lo han aprendido de aquellos que compartieron la buena noticia con ustedes por el Espíritu Santo que el cielo envió. ¡Hasta los ángeles quieren saber sobre esto!


Sin embargo, nosotros pertenecemos a Dios y todo el que conoce a Dios, nos escucha; pero los que no pertenecen a Dios, no nos escuchan. Así es como podemos distinguir el espíritu de verdad del espíritu de engaño.


Espero verte pronto para que hablemos cara a cara. ¡Que la paz esté contigo! Los amigos que están aquí te envían sus saludos. Te ruego que saludes personalmente, y por nombre, a nuestros amigos de allá.


Aquellos que no tengan su nombre escrito en el libro de la vida, fueron lanzados al lago de fuego.


Mira, yo estoy tocando a la puerta. Si alguno oye mi llamado y abre la puerta, entraré y comeré con él, y él conmigo.


porque el Cordero que está en medio del trono será su pastor, y los guiará a fuentes de agua viva, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos”.


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