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Juan 10:21 - Versión Biblia Libre

21 Otros decían: “Estas no son las palabras de alguien que está endemoniado. Además, un demonio no puede devolver la vista a un ciego”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Otros decían: «¡No suena como alguien poseído por un demonio! ¿Acaso un demonio puede abrir los ojos de los ciegos?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Pero otros decían: 'Un endemoniado no habla de esa manera. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Otros decían: Estas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio restaurar ojos de ciegos?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Pero otros replicaban: 'Éstas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede un demonio abrir los ojos de los ciegos?'.

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Juan 10:21
11 Referencias Cruzadas  

“¿Quién le dio la boca a la gente?” le preguntó el Señor. “¿Quién hace a la gente sorda o muda, capaz de ver o ciega? Soy yo, el Señor, quien lo hace.


Los ciegos pueden ver, los paralíticos pueden caminar, los leprosos son sanados, los sordos pueden oír, los muertos han vuelto a vivir y los pobres escuchan la buena noticia.


¿Creen que el creador del oído no puede oír? ¿Acaso creen que el creador de los ojos no puede ver?


Después que dijo esto, Jesús escupió en el suelo e hizo barro con su saliva, el cual puso después sobre los ojos del hombre ciego.


Entonces comenzó a difundirse la noticia acerca de él por toda la provincia de Siria. La gente traía delante de él a todos los que estaban enfermos: personas afligidas por todo tipo de enfermedades, personas poseídas por demonios, enfermos mentales, paralíticos, y él los sanaba a todos.


El Señor nos dio orejas para oír y ojos para ver.


El Señor devuelve la vista a los ciegos; levanta a los agobiados, y ama a los que hacen lo recto.


“Este es un acto de Dios”, le dijeron los magos al Faraón. Pero el Faraón eligió ser obstinado y duro de corazón, y no quiso escuchar a Moisés y Aarón, como el Señor había predicho.


Era invierno y era la fecha de la Fiesta de la Dedicación en Jerusalén.


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