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Joel 2:11 - Versión Biblia Libre

11 El Señor alza la voz y da órdenes, al frente de su ejército. Sus tropas son innumerables, y los que siguen sus órdenes son poderosos. El día del Señor es terrible. ¿Quién puede resistirlo?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 El Señor va a la cabeza de la columna; con un grito los guía. Este es su ejército poderoso y ellos siguen sus órdenes. El día del Señor es algo imponente y pavoroso. ¿Quién lo podrá sobrevivir?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé hace oír su trueno, al frente de su ejército: numerosos son sus soldados, poderosos los que cumplen sus órdenes. Porque grande y temible es el día de Yavé. ¿Quién podrá soportarlo?

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 YHVH deja oír su voz ante su ejército, Su campamento es muy grande, Poderoso el que ejecuta su palabra. ¡Grande y terrible es el día de YHVH! ¿Quién lo podrá soportar?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Yahveh da voces delante de sus tropas, porque es inmenso el campamento, y es poderoso el ejecutor de sus planes. Grande es el día de Yahveh, terrible en exceso. ¿Quién podrá soportarlo?

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Joel 2:11
30 Referencias Cruzadas  

Lanzó sus flechas, dispersando a sus enemigos; guiándolos con sus rayos de luz.


Las naciones están en confusión, Los reinos colapsan. Dios levanta su voz y la tierra se estremece.


Al subir tu trono en las alturas, te llevaste una procesión de cautivos. Recibiste regalos de los pueblos, incluso de los que se rebelaron contra la casa del Señor Dios.


¡Un ruido viene de las montañas, que suena como el de una gran multitud! ¡Es el sonido rugiente de los reinos, de las naciones que se reúnen! El Señor Todopoderoso convoca un ejército para la guerra.


Como un poderoso guerrero marchará el Señor, como un soldado aguerrido sale con valor. Da su grito de guerra, gritando mientras lucha y derrota a sus enemigos.


En ese momento el Señor silbará para llamar a las moscas de los lejanos ríos de Egipto y a las abejas del país de Asiria.


Da todo este mensaje como una profecía contra ellos. Diles: El Señor tronará desde lo alto. Tronará con fuerza desde el lugar santo donde vive. Dará un gran rugido contra los rediles. Dará un fuerte grito como de gente que pisa las uvas, asustando a todos los que viven en la tierra.


¡Qué día tan terrible será, un día como nunca antes! Este es el tiempo de la angustia para los descendientes de Jacob, pero serán rescatados de ella.


Pero el que los rescata es poderoso; el Señor Todopoderoso es su nombre. Él los defenderá a ellos y a su causa, para que traiga paz a la tierra, pero problemas al pueblo de Babilonia.


¿Van a ser tan valientes, y serán lo suficientemente fuertes para defenderse cuando llegue el momento en que yo me ocupe de ustedes? Yo, el Señor, he hablado, y voy a actuar.


¡Oh qué día terrible! Porque el día del Señor está cerca, y vendrá como destrucción del Todopoderoso.


Una nación ha invadido mi tierra: es poderosa y son tantos que no se pueden contar. Sus dientes son como de león, sus muelas como de leona.


¡Hagan sonar la trompeta en Sión! ¡Hagan sonar la alarma en mi monte santo! Que todos los que habitan la tierra tiemblen porque el día del Señor se acerca. ¡Está a las puertas!


Será un día sombrío y oscuro; un día de nubes oscuras y sombras espesas. Como el amanecer se esparce por las montañas, aparece un ejército, tan grande y poderoso como ningún otro ha existido antes, ni existirá jamás.


“Te devolveré lo que perdiste todos estos años a causa de las langostas acaparadoras, devastadoras, destructoras y saltamontes, ese gran ejército que envié contra ustedes.


El sol se oscurecerá, y la luna se pondrá roja como la sangre, a medida que se aproxima el grande y terrible día del Señor”.


Hay grandes multitudes en el valle del veredicto del Señor. Porque el día del Señor está cerca en el valle de su veredicto.


El Señor rugirá desde Sión, alzando su voz desde Jerusalén, haciendo estremecer los cielos y la tierra. Pero el Señor resguardará a su pueblo, y protegerá al pueblo de Israel.


Y dijo: El Señor ruge desde Sión, y alza su voz desde Jerusalén. Los pastizales de los pastores se marchitan, y la cima del Monte Carmelo se seca.


¡Cuán desastroso será para ustedes los que anhelan la llegada del día del Señor! ¿Por qué desean que venga ese día? Traerá oscuridad y no luz.


¿Acaso no es el día del Señor un día de oscuridad y no de luz? Así será. Muy oscuro y sin un rayo de luz.


Porque el día del Señor está cerca para todas las naciones. Lo que hagan, eso mismo harán con ustedes. Sus acciones se revertirán sobre sus propias cabezas.


¿Quién puede resistir su furia? ¿Quién puede soportar el ardor de su ira? Su enojo brota como fuego derretido y rompe las rocas en pedazos.


¿Quién podrá sobrevivir en el día de su venida? ¿Quién puede permanecer en pie delante de él cuando aparezca? Porque él será como un horno ardiente que refina el metal, o como el jabón fuerte que limpia las manchas.


Luego Balaam hizo otra declaración, diciendo: “¡Es una tragedia! ¿Quién puede sobrevivir cuando Dios hace esto?


Pues el Señor mismo descenderá con grito de mando, con el clamor del arcángel, y con el sonido de la trompeta de Dios; y los que han muerto en Cristo resucitarán primero.


Ahora por esto sus plagas caerán sobre ella en un solo día: muerte, lamento y hambre. El fuego la destruirá por completo, pues el Dios que la condena tiene gran poder”.


Porque el día terrible de su juicio ha venido, y ¿quién podrá resistirlo?”


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