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Jeremías 6:29 - Versión Biblia Libre

29 Los fuelles del horno del refinador soplan con fuerza, quemando el plomo. Pero esta refinación es inútil, porque los impíos no están purificados.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

29 Se quemó el fuelle, por el fuego se ha consumido el plomo; en vano fundió el fundidor, pues la escoria no se ha arrancado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Los fuelles soplan las llamas con furor para quemar la corrupción. Pero no los purifica, ya que su perversidad permanece.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 El fundidor dio tan fuerte con el fuelle que el plomo se consumió, pero inútilmente trabajó, pues la escoria no se desprendió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Resopla el fuelle, El fuego consume el plomo, Pero en vano refina el refinador, Pues la escoria no se desprende.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 El fuelle resopla, el plomo sale intacto del fuego; en vano funde el fundidor, pues las escorias no se desprenden

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Jeremías 6:29
12 Referencias Cruzadas  

El crisol sirve para probar la plata, y un horno para probar el oro; pero el Señor prueba las mentes.


Pero yo respondí: “¡He trabajado para nada! Me he agotado, ¿y para qué? Aun así, dejo que el Señor haga lo correcto, y mi recompensa está con mi Dios”.


Así que esto es lo que dice el Señor: Si vuelves a mí, te aceptaré de nuevo y volverás a servirme. Si lo que hablas son palabras que valen la pena y no tonterías, serás mi portavoz, Jeremías. Ellos deben ser los que te sigan; tú no debes seguirlos.


Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Mira, voy a probarlos y a purificarlos como el metal en un horno. ¿Qué más puedo hacer por lo que ha hecho mi pueblo?


Hasta ahora ha sido imposible limpiarla, ni siquiera el fuego ha podido quemar toda su herrumbre.


A causa de tu inmoralidad te habías ensuciado y yo traté de limpiarte, pero no me dejaste limpiar tu suciedad. Así que ahora no volverás a ser pura hasta que termine de enfadarme contigo.


Mi pueblo insiste en su apostasía. Lo llaman “dios en lo alto” pero él no los levnatará.


Yo pondré este tercio en el fuego, y lo refinaré como la plata, los probaré como se prueba al oro. Ellos clamarán por mi ayua, y yo les responderé. Diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es mi Dios”.


Estas demuestran que su fe en Dios es genuina—aunque también puede ser destruida—y esa fe es más valiosa que el oro. De este modo, su fe en Dios será reconocida y ustedes recibirán alabanza, gloria y honra cuando Cristo aparezca.


Amigos míos, no se sorprendan ante las “pruebas de fuego” que están experimentando, como si estas fueran algo inesperado.


Después de devolverle la plata a su madre, ella le dio doscientos siclos a un platero que los convirtió en un ídolo tallado, una imagen hecha con plata fundida. Los guardó en la casa de Miqueas.


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