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Jeremías 49:18 - Versión Biblia Libre

18 Así como Sodoma y Gomorra fueron destruidas, junto con sus ciudades vecinas, dice el Señor, nadie vivirá allí; quedarán deshabitadas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 Como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Será como la destrucción de Sodoma, Gomorra y sus ciudades vecinas —dice el Señor—. Nadie vivirá allí; nadie la habitará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Será semejante a Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas después de la catástrofe: nadie volverá a vivir allí, ni nunca más un ser humano se radicará en este lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Será como la catástrofe de Sodoma y de Gomorra y sus ciudades vecinas, dice YHVH, así nadie morará allí ni la habitará hijo de hombre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Será como la catástrofe de Sodoma y Gomorra y de sus vecinas, dice Yahveh. No habitará allí hombre alguno, ni residirá en ella ningún ser humano.

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Jeremías 49:18
16 Referencias Cruzadas  

Él preparará carbones ardientes, y azufre caerá sobre los malvados. Un viento abrasador vendrá sobre ellos.


El fuego arderá de día y de noche, y no se apagará nunca; su humo se elevará para siempre. De una generación a otra permanecerá desolada; la gente no volverá a ir allí.


Pero ahora veo a los profetas de Jerusalén haciendo algo aún más repugnante: Cometen adulterio y sus vidas son una mentira. Apoyan a los malvados, para que nadie deje de pecar. Para mí todos son como Sodoma; la gente de Jerusalén es como Gomorra.


Hazor se convertirá en un lugar donde viven chacales, un lugar abandonado para siempre. Nadie vivirá allí; quedará deshabitado.


De la misma manera que Dios destruyó a Sodoma y Gomorra y a sus ciudades vecinas, declara el Señor, nadie vivirá allí, nadie se quedará allí.


A algunos de ustedes los destruí como destruí a Sodoma y Gomorra. Ustedes fueron como un tizón arrebatado del fuego. Pero aún así no volvieron a mi, dice el Señor.


Por ello, juro por mi vida, declara el Dios Todopoderoso, el Dios de Israel, que los moabitas serán como Sodoma, y los amonitas como Gomorra. Su tierra será un lugar lleno de ortigas y sembrados de sal y ruinas para siempre. Y los que quedan en mi pueblo los saquearán y ocuparán su tierra.


Como había dicho antes Isaías: “Si el Señor Todopoderoso no nos hubiera dejado algunos descendientes, nos habríamos convertido en algo semejante a Sodoma y Gomorra”.


Las generaciones posteriores, sus descendientes y los extranjeros de lejos, verán cómo el Señor ha traído el desastre al país y lo ha devastado.


Todo el país será un páramo ardiente de azufre y sal. Nada se siembra, es totalmente improductivo; ninguna planta crece allí, como la destrucción de Sodoma y Gomorra, Adma y Zeboiim, que el Señor destruyó en su ardiente ira.


Dios condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra a la destrucción total, quemándolas hasta las cenizas, como un ejemplo de lo que sucederá a los que llevan vidas de maldad.


Del mismo modo, Sodoma y Gomorra, y las naciones cercanas que practicaban la inmoralidad y perversión sexual, son presentadas como ejemplo de aquellos que experimentan el castigo del fuego eterno.


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