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Jeremías 26:21 - Versión Biblia Libre

21 El rey Joaquín y todos sus oficiales militares y funcionarios oyeron lo que decía, y el rey quiso ejecutarlo. Pero cuando Urías se enteró, se asustó y huyó a Egipto.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 y oyeron sus palabras el rey Joacim y todos sus grandes, y todos sus príncipes, y el rey procuró matarle; entendiendo lo cual Urías, tuvo temor, y huyó a Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Cuando el rey Joacim junto con los oficiales militares y los demás funcionarios escucharon lo que dijo, el rey envió a alguien para matarlo. Sin embargo, Urías se enteró del plan y escapó a Egipto atemorizado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 El rey Joaquim, con todos sus oficiales y magistrados, al oír sus palabras, trató de darle muerte. Al tener noticia de eso, Urías, aterrorizado, huyó a Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y cuando el rey Joacim y todos sus poderosos y todos los príncipes oyeron sus palabras, el rey procuró matarlo, pero cuando Urías se enteró, tuvo temor y huyó a Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Pero cuando Joaquín, todos sus guerreros y todos los príncipes tuvieron noticia de sus palabras, el rey trató de darle muerte. Al enterarse Urías tuvo miedo, huyó y se refugió en Egipto.

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Jeremías 26:21
15 Referencias Cruzadas  

Vive el Señor, tu Dios, que no hay nación ni reino donde mi amo no haya enviado a alguien a buscarte. Cuando una nación o reino dijo que no estabas, él les hizo jurar que no podían encontrarte.


Asa se enfadó con el vidente. Estaba tan enojado con él por esto que lo puso en prisión. Al mismo tiempo, Asa comenzó a maltratar a algunos del pueblo.


Entonces los dirigentes tramaron un complot para matar a Zacarías, y por orden del rey lo apedrearon hasta la muerte en el patio del Templo del Señor.


Mi vida siempre está en peligro, pero nunca me olvidaré de tu ley.


El temor a la gente es una trampa. Pero si confías en el Señor estarás a salvo.


Cuando los dirigentes de Judá se enteraron de lo sucedido, vinieron del palacio del rey al Templo del Señor y se sentaron a la entrada de la Puerta Nueva del Templo para juzgar el caso.


De hecho, el rey ordenó a Jerajmeel, uno de los príncipes, así como a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdeel, para ir a detener a Baruc y a Jeremías. Pero el Señor los escondió.


Los oficiales le dijeron al rey: “Este hombre merece morir porque está desmoralizando a los defensores que quedan en la ciudad, y también a todo el pueblo, al decirles esto. Este hombre no trata de ayudar a esta gente, sólo va a destruirla”.


“Cuando ustedes sean perseguidos en una ciudad, huyan a otra. Les digo la verdad: no terminarán de ir a las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre.


No tengan miedo de aquellos que pueden matarlos físicamente, pero que no pueden matarlos espiritualmente. En lugar de ello, tengan miedo de Aquel que puede destruirlos física y espiritualmente en Gehena.


Si tratan de salvar su vida, la perderán, pero si pierden su vida por causa de mí, la salvarán.


Herodes quería matar a Juan pero tenía miedo de la reacción del pueblo, pues ellos consideraban que él era un profeta.


De modo que Herodías tenía resentimiento contra Juan y quería que lo mataran. Pero ella no era capaz de mandar a hacerlo


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