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Génesis 4:10 - Versión Biblia Libre

10 “¿Qué has hecho?” le preguntó el Señor. “La sangre de tu hermano clama a mi desde la tierra.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pero el Señor le dijo: —¿Qué has hecho? ¡Escucha! ¡La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Entonces Yavé le dijo: '¿Qué has hecho? Clama la sangre de tu hermano y su grito me llega desde la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero Él dijo: ¿Qué has hecho? ¡La voz de la sangre° de tu hermano clama° a mí desde la tierra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yahveh le dijo: '¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.

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Génesis 4:10
24 Referencias Cruzadas  

Entonces el Señor continuó diciendo: “Hay muchas quejas expresadas contra Sodoma y Gomorra a causa de su pecado descarado.


Entonces el Señor le preguntó a Eva: “¿Por qué has hecho esto?” “La serpiente me engañó, y yo lo comí”, respondió ella.


Si tu sangre es derramada por causa de un animal, yo pediré cuentas por ello; y si tu sangre es derramada por otra personas, yo se lo reclamaré.


‘Así como ayer vi la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dice el Señor, así también te pagaré en este mismo terreno, dice el Señor’. Ahora, pues, siguiendo lo que ha dicho el Señor, recógelo y arrójalo sobre la parcela”.


Pero un profeta del Señor llamado Oded estaba allí en Samaria, y salió al encuentro del ejército que regresaba. Les dijo: “Fue porque el Señor, el Dios de sus padres, estaba enojado con Judá que permitió que ustedes los derrotaran. Pero ustedes los han matado con tal furia que ha trastornado el cielo.


“Tierra, no cubras mi sangre. Que mi grito no encuentre lugar para esconderse.


En la ciudad los moribundos gimen y los heridos claman por ayuda, pero Dios ignora sus oraciones.


Yo me quedo callado cuando haces esas cosas. Tú pensaste que yo era alguien como tú. Pero ahora te confronto, y traigo mis cargos en contra tuya.


Él los rescata de la violencia y la opresión, porque sus vidas son de gran valor para él.


Él no se olvida de castigar a los asesinos, ni ignora el gemido de los que sufren.


¡Ten misericordia de mi, oh, Señor! ¡Mira cómo mis enemigos me persiguen! No me dejes caer por las puertas de la muerte,


“Soyplenamente consciente de la miseria de mi pueblo en Egipto”, le dijo el Señor. “Los he escuchado gemir por culpa de sus capataces. Sé cuánto están sufriendo.


Israel es la viña del Señor Todopoderoso, y el pueblo de Judá son las plantas de su jardín que lo hacen feliz. Sin embargo, mientras esperaba justicia, sólo veía injusticia; esperaba que la gente viviera bien, pero sólo escuchaba los gritos de los que sufrían.


“No contaminen la tierra donde viven porque el derramamiento de sangre contamina la tierra, y la tierra donde se derrama la sangre no puede ser purificada excepto por la sangre de quien la derrama.


Entonces Pedro le preguntó: “Ananías, ¿por qué Satanás ha entrado a tu corazón para mentir al Espíritu Santo y reservarte parte del dinero de la tierra que vendiste?


Entonces Pedro le dijo: “¿Cómo pudieron ponerse de acuerdo para engañar al Espíritu del Señor? Mira, los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar, y te llevarán a ti también”.


Es posible que encuentres a un hombre asesinado, tirado en un campo en el país que el Señor tu Dios te da, y nadie sabe quién lo mató.


Por la fe en Dios Abel ofreció a Dios mejor sacrificio que Caín, y por eso Dios lo señaló como alguien que vivía rectamente. Dios lo demostró al aceptar su ofrenda. Aunque Abel ha estado muerto por mucho tiempo, todavía Dios nos habla por medio de lo que él hizo.


Han venido a Jesús, quien participa con nosotros de esta nueva relación de pacto; han venido a la sangre esparcida que tiene más valor que la de Abel.


Miren, los salarios de sus obreros del campo que han estafado ahora claman contra ustedes, y los lamentos de los obreros han llegado a los oídos del Señor Todopoderoso.


Entonces Josué le dijo a Acán: “Hijo mío, honra a Jehová, el Dios de Israel, y confiesa. Dime lo que has hecho. No me lo ocultes”.


“¿Qué has hecho?” le preguntó Samuel. Saúl respondió: “Bueno, vi que mis hombres me abandonaban, y que tú no habías llegado cuando dijiste que lo harías, y que los filisteos se estaban reuniendo en Micmas para atacar.


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