Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Génesis 27:24 - Versión Biblia Libre

24 “En realidad eres tú mi hijo Esaú?” preguntó de nuevo. “Si, soy yo”, respondió Jacob.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

24 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

24 —¿De verdad eres mi hijo Esaú? —preguntó. —Sí, lo soy —contestó Jacob.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Volvió a preguntarle: '¿Eres de verdad mi hijo Esaú?' Contestó Jacob: 'Sí, yo soy.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y preguntó: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Contestó: Lo soy.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Después preguntó: '¿De verdad eres tú mi hijo Esaú?'. Respondió: 'Sí, lo soy'.

Ver Capítulo Copiar




Génesis 27:24
16 Referencias Cruzadas  

Isaac no se dio cuenta de que era Jacob porque tenía las manos con vellos como Esaú, así que se preparó para bendecirlo.


Entonces dijo: “Hijo mío, tráeme de la comida de caza que me has preparado para comer, y así podré darte mi bendición”.Así que Jacob trajo para su padre Isaac comida para comer y vino para beber.


“¿Qué pasa?” , le preguntó el rey. “Lamentablemente soy viuda. Mi marido ha muerto”, respondió ella.


Pero el viejo profeta le dijo: “Yo también soy profeta, como tú. Un ángel me dijo que Dios había dicho: ‘Llévalo a casa contigo para que tenga algo que comer y beber’”. Pero le estaba mintiendo.


Son tus pecados los que están hablando, y estás eligiendo palabras engañosas.


Las palabras de verdad duran para siempre, pero las mentiras se olvidan pronto.


El Señor aborrece a los mentirosos, pero se alegra con los fieles.


No dejes que sea falso, ayúdame a no decir mentoras. No me hagas pobre ni rico; solo dame la comida que necesito.


Esto es lo que deben hacer: Díganse la verdad los unos a los otros. En sus cortes juzguen honestamente y con la verdad, para lograr la paz.


Rechacen las mentiras y díganse la verdad unos a otros, porque nos pertenecemos unos a otros.


No se mientan unos a otros, pues ya ustedes han desechado su antiguo ser y las cosas que hacían,


Así que cambió su forma de actuar con ellos y se hizo el loco. Hizo marcas en las puertas de la ciudad y dejó que su saliva corriera por su barba.


“El rey me ha dado un encargo”, respondió David. “Me dijo: ‘Nadie debe saber nada de la misión que te he enviado a cumplir’. En cuanto a mis hombres, les he dicho dónde encontrarme.


Cuando Aquis le preguntaba: “¿Dónde has estado asaltando hoy?” David respondía: “En el desierto de Judá”, o “el desierto de Jerameel”, o “el desierto de los ceneos”.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos