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Génesis 27:19 - Versión Biblia Libre

19 “Soy Esaú, tu hijo mayor”, le dijo Jacob a su padre. “Hice lo que me pediste. Por favor, siéntate y come la carne de caza que hice para ti, para que puedas bendecirme”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 —Soy Esaú, tu hijo mayor —contestó Jacob—. Hice tal como me pediste; aquí está lo que cacé. Ahora levántate y come, para que puedas darme tu bendición.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Y Jacob dijo a su padre: 'Soy Esaú, tu primogénito. Ya hice lo que me mandaste. Levántate, siéntate y come la caza que te he traído. Después me bendecirás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y dijo Jacob a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito. He hecho como me hablaste. Levántate te ruego. Siéntate y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Le contestó Jacob: 'Soy Esaú, tu primogénito; he hecho como me dijiste. Levántate ahora y siéntate; come de mi caza para que me bendigas'.

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Génesis 27:19
15 Referencias Cruzadas  

El primero en salir estaba rojo al nacer, y estaba cubierto de mucho cabello, como si fuera un cabrito. Por eso lo llamaron Esaú.


Isaac amaba a Esaú porque le preparaba comida con los animales que cazaba, mientras que Rebeca amaba a Jacob.


Jacob entró a ver a su padre, y lo llamó diciendo: “Padre mío, aquí estoy”. “¿Cuál de mis hijos eres?” preguntó Isaac.


“Ven aquí para que pueda tocarte, hijo mío”, le dijo Isaac a Jacob, “así sabré si eres en verdad Esaú”.


También había preparado una comida de buen sabor, y se la trajo a su padre. Entonces Esaúle dijo a Isaac, “Siéntate padre, y come de mi carne de caza para que puedas bendecirme”.


Pero Isaac respondió: “Tu hermano vino y me engañó. ¡Él se ha robado tu bendición!”


Prepárame una comida de buen sabor para que yo coma, y para bendecirte antes de morir”.


Cuando esté en calma y se le olvide, yo te mandaré a buscar de nuevo. Porque no quisiera perderlos a los dos en un solo día”


Pero el viejo profeta le dijo: “Yo también soy profeta, como tú. Un ángel me dijo que Dios había dicho: ‘Llévalo a casa contigo para que tenga algo que comer y beber’”. Pero le estaba mintiendo.


Entonces Jeroboam le dijo a su esposa: “Por favor, ve y disfrázate para que nadie sepa que eres la esposa de Jeroboam. Luego ve a Silo y busca al profeta Ahías. Él fue quien me dijo que sería rey de este pueblo.


Ustedes afirman: “Hemos hecho un acuerdo con la muerte; tenemos un contrato con la tumba. Cuando pase el terrible desastre, no nos afectará, porque nuestras mentiras nos protegen y nos escondemos en nuestros propios engaños”.


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