Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Génesis 15:3 - Versión Biblia Libre

3 Y Abrán continuó, expresando tu queja: “¡Mira, no me has dado hijos, y me toca darle toda mi herencia a un sirviente de mi casa!”

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Tú no me has dado descendientes propios, así que uno de mis siervos será mi heredero.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ya que no me diste descendencia, tendré por heredero a uno de mis sirvientes.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 E insistió Abram: Mira, no me has dado descendiente, y de seguro es un criado de mi casa quien me va a heredar.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y añadió Abrán: 'Mira, no me has dado descendencia, y será mi criado el que me herede'.

Ver Capítulo Copiar




Génesis 15:3
10 Referencias Cruzadas  

Te convertiré en el predecesor de una gran nación y te bendeciré. Te daré una gran reputación y haré que seas una bendición para otros.


Y tendrás tantos descendientes que serán como el polvo de la tierra. ¡Quien quiera contara tus descendientes será quien pueda contar el polvo de la tierra!


Cuando Abrán se enteró de que su sobrino había sido capturado, convocó a 318 hombres Guerreros que habían nacido en su hogar para que los persiguieran hasta llegar a Dan.


Pero Abrán respondió: “Señor Dios, ¿De qué me beneficiará cualquier cosa que me des? No tengo hijos, y el único heredero de todo lo que tengo es Eliezer de Damasco”.


La esperanza que se tarda puede causar malestar, pero un deseo cumplido puede darte vida nuevamente.


El siervo consentido desde la infancia será incontrolable.


una mujer insoportable que se casa, y una sirvienta ocupando el lugar de su ama.


Compré esclavos y esclavas, y sus hijos también me pertenecían. También poseí muchos rebaños y manadas, más que nadie en Jerusalén antes de mí.


Señor, cuando me quejo ante ti, siempre demuestras tener la razón. Aun así, quiero presentarte mi caso. ¿Por qué les va tan bien a los malvados? ¿Por qué viven tan cómodamente los que te son infieles?


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos