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Éxodo 8:4 - Versión Biblia Libre

4 Ranas saltarán sobre ti, tu pueblo y todos tus oficiales’”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Las ranas saltarán sobre ti, sobre tu gente y sobre todos tus funcionarios’”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Entonces llamó Faraón a Moisés y a Aarón y les dijo: 'Pidan a Yavé que aleje de mí y de mi país estas ranas, y yo dejaré que su pueblo salga para ofrecer sacrificios a Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus siervos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El Faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: 'Pedid a Yahveh que aleje las ranas de mi y de mi pueblo y dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificios a Yahveh'.

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Éxodo 8:4
13 Referencias Cruzadas  

Así que ahora yo, Nabucodonosor, alabo, honro y glorifico al Rey del Cielo, porque todo lo que hace es correcto y sus caminos son verdaderos. Él es capaz de humillar a los que son orgullosos.


El Señor Todopoderoso lo planeó, para humillar su orgullo en toda su gloria, y para derribar a todos los que reciben honores mundanos.


El Señor infligirá una plaga a Egipto. Lo hará, pero los curará. Volverán al Señor. Él responderá a sus oraciones y los sanará.


Los líderes de Zoán son estúpidos. Los sabios consejeros del faraón dan consejos que no tienen sentido. ¿Cómo pueden decir al Faraón: “Yo mismo soy un hombre sabio, descendiente de antiguos reyes”?


Derrama su desprecio hacia sus líderes, haciéndolos vagar, perdidos en el desierto.


Saldrán en enjambre del Nilo, y entrarán en tu palacio y se meterán en tu dormitorio y saltarán a tu cama. Entrarán en las casas de tus funcionarios y saltarán alrededor de tu gente, incluso en tus hornos y tazones de pan.


El Señor le dijo a Moisés: “Dile a Aarón: ‘Extiende tu bastón en tu mano sobre los ríos, canales y estanques, y haz que las ranas se extiendan por todo Egipto’”.


Y el Señor hizo lo que había dicho. Enormes enjambres de moscas entraron en el palacio del Faraón y en las casas de sus oficiales. Todo Egipto fue devastado por estos enjambres de moscas.


Rueguen al Señor por nosotros, porque ya ha habido más que suficiente de los truenos y granizos de Dios. Dejaré que se vayan. No necesitan quedarse más tiempo aquí”.


Así que, por favor, perdona mi pecado sólo esta vez y suplica al Señor tu Dios, pidiéndole que al menos me quite esta plaga mortal”.


El pueblo fue a ver a Moisés y le dijo: “Nos equivocamos al presentar quejas contra el Señor y contra ti. Por favor, ruega al Señor que nos quite las serpientes de encima”. Moisés rezó al Señor en su nombre.


Entonces el rey le dijo al hombre de Dios: “Por favor, ruega al Señor, tu Dios, que me devuelva la mano”. El hombre de Dios suplicó al Señor, y el rey recuperó el uso de su mano como antes.


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