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Éxodo 3:16 - Versión Biblia Libre

16 “Ve y llama a todos los ancianos de Israel para que se reúnan contigo. Diles: ‘El Señor, el Dios de tus padres, se me ha aparecido, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Él dijo: He prestado mucha atención a lo que te ha pasado en Egipto.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 »Ahora ve y reúne a los ancianos de Israel y diles: “Yahveh, el Dios de sus antepasados —el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob— se me apareció y me dijo: ‘He estado observando de cerca y veo el trato que reciben de los egipcios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Ve y reúne a los jefes de Israel, y les dirás: 'Yavé, el Dios de sus padres, se me apareció; el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob me ha dicho: Ahora voy a pedir cuentas por todo lo que a ustedes les está pasando en Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Ve, reúne a los ancianos de Israel, y diles: YHVH, Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, se me apareció, diciendo: En verdad os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Ve, reúne a los ancianos de Israel, y diles: 'Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: yo os he visitado, y sé cómo se os trata en Egipto;

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Éxodo 3:16
31 Referencias Cruzadas  

Así que Dios hizo una expansión para separar las aguas que estaban arriba de las aguas, de las aguas que estaban debajo. Y así sucedió.


Y el Señor vino a ayudar a Sara, tal como se lo había prometido. El Señor cumplió la promesa que le había hecho a Sara.


Entonces vio al Señor que estaba en pie sobre él, y que dijo: “Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham, y el Dios de Isaac. Yo te doy a ti y a tus descendientes la tierra en la que estás acostado ahora.


Bendijo a José, diciendo: “Que el Dios que mi abuelo Abraham y mi padre adoraron, el Dios que me ha cuidado como un pastor a lo largo de mi vida hasta ahora,


“Voy a morir pronto”, les dijo José a sus hermanos, “pero Dios estará con ustedes, y los llevará fuera de este país a la tierra que juró dar a Abraham, Isaac y Jacob”.


Y como resultadoj la maravillosa naturaleza del Señor será alabada en Jerusalén con alabanzas,


El Señor cuida de quienes lo siguen con reverencia, de los que depositan su esperanza en su amor inagotable,


¿Qué son los seres humanos para que pienses en ellos? ¿Qué somos las personas para que cuides de nosotros?


Entonces subió al poder un nuevo rey que no tenía ningún conocimiento acerca de José.


Moisés llevó los huesos de José con él porque José leshabía hecho a los hijos de Israel una promesa solemne, diciendo: “Dios definitivamente cuidará de ustedes, y entonces deben llevarse mis huesos cuando salgan de aquí”.


Las naciones oirán lo que ha sucedido y temblarán de miedo. El pueblo que vive en Filistea experimentará una angustia agonizante.


El Señor le dijo a Moisés: “Ve delante del pueblo y llévate a algunos de los ancianos de Israel contigo. Lleva contigo el bastón que usaste para golpear el Nilo, y sigue adelante.


Entonces Jetro presentó un holocausto y sacrificios a Dios, y Aarón vino con todos los ancianos de Israel para comer con él en presencia de Dios.


Además Dios mirabacon compasión a los israelitas, y se preocupaba por ellos.


Pero Dios no hirió a los líderes de Israel. Ellos lo vieron, y luego comieron y bebieron una comida sagrada.


Allí el ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego desde dentro de un arbusto. Moisés miró con atención y vio que, aunque la zarza estaba ardiendo, no se estaba quemando.


Luego dijo: “Soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Moisés se cubrió el rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.


“Pero, ¿qué pasa si no me creen, o no escuchan lo que digo?” Preguntó Moisés. “Podrían decir: ‘El Señor no se te apareció’”.


Moisés y Aarón viajaron a Egipto. Allí reunieron a todos los ancianos israelitas.


Los israelitas estaban convencidos. Cuando oyeron que el Señor había venido a ellos, y que había sido tocado por su sufrimiento, inclinaron sus cabezas y adoraron.


“Debes hacer esto para que crean que yo, el Señor, me aparecí delante de ti. E Dios de sus padres, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob”.


Entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio de Caifás, el sumo sacerdote.


“El Señor, Dios de Israel, es maravilloso, pues ha venido a su pueblo y lo ha libertado.


Te aplastarán contra el suelo, a ti y a tus hijos contigo. No dejarán ninguna piedra sobre otra dentro de ti, porque no aceptaste la salvación cuando vino a ti”.


Hicieron esto y enviaron el dinero con Bernabé y Saulo a los líderes de la iglesia de Judea.


Simón ha descrito cómo Dios primero reveló su interés por los extranjeros escogiendo entre ellos un pueblo comprometido con él.


Desde Mileto, Pablo envió un mensaje a los ancianos de la iglesia de Éfeso.


Asegúrense de actuar apropiadamente cuando estén en compañía de quienes no son cristianos, para que incluso si los acusaran de hacer lo malo, ellos puedan ver sus buenas obras y glorifiquen a Dios cuando venga.


Quiero animar a los ancianos que están entre ustedes. Pues yo también soy un anciano, un testigo de los sufrimientos de Cristo, y participaré de la gloria que está por venir.


Así que ella y sus nueras se prepararon para abandonar el país de Moab y volver a casa, porque habían oído que el Señor había bendecido a su pueblo allí con alimentos.


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