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Eclesiastés 4:10 - Versión Biblia Libre

10 Si uno de ellos se cae, el otro puede ayudarlo a levantarse, pero qué triste es el que se cae y no tiene a nadie que lo ayude a levantarse.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Si uno cae, su compañero lo levantará. Pero, ay del que está solo si cae: nadie lo levantará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Porque si caen, el uno levantará al otro; pero, ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá quien que lo levante.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Si caen, el uno levanta al otro; pero ¡ay del solo cuando cae! No tendrá quien lo levante.

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Eclesiastés 4:10
17 Referencias Cruzadas  

Más tarde, mientras Caín hablaba con su hermano Abel, e iban por los campos, Caín atacó a su hermano y lo mató.


Una vez terminado el período de luto, David mandó traerla a su palacio, y ella se convirtió en su esposa y le dio un hijo. Pero lo que David había hecho estaba mal ante los ojos del Señor.


“Su Majestad, yo tenía dos hijos. Se pelearon fuera, y no había nadie para detenerlos. Uno de ellos golpeó al otro y lo mató.


Entonces Moisés le preguntó a Aarón: “¿Qué te hizo esta gente para que los hicieras pecar tan mal?”


Del mismo modo, si dos personas se acuestan juntas, se abrigan mutuamente, pero uno no puede calentarse si está solo.


Dos son mejor que uno, pues pueden ayudarse mutuamente en su trabajo.


Mis amigos, si alguno se extravía por causa del pecado, ustedes, que son espirituales, deberían traerle de regreso con espíritu de mansedumbre. Y cuídense de no ser tentados también.


Así que anímense los unos a los otros con estas palabras.


Así que anímense y fortalézcanse unos a otros, como lo han venido haciendo.


El hijo de Saúl, Jonatán, fue a ver a David a Horesh y lo animó a seguir confiando en Dios, diciéndole:


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