15 Pero dejen el tronco y sus raíces en la tierra, y átenlo con hierro y bronce, rodeado de la hierba nueva del campo. Dejen que él se empape del rocío del cielo, y que viva con los animales afuera, en medio de la maleza.
15 Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra.
15 Pero dejen en la tierra el tocón con las raíces, sujeto con una faja de hierro y bronce y rodeado por la hierba tierna. Que lo moje el rocío del cielo, y que viva con los animales salvajes entre las plantas del campo.
15 Este es el sueño que tuve yo, el rey Nabucodonosor; tú, Belsasar, debes explicármelo porque todos los sabios de mi reino han sido incapaces de hacerlo. Pero tú sí lo puedes hacer porque en ti está el espíritu de los dioses santos.
15 Pero dejad el tronco con sus raíces en la tierra, ligado° con ligaduras de hierro y bronce entre la hierba del campo, y con el rocío de los cielos sea bañado, y con las bestias comparta la hierba de la tierra.
15 'Éste es el sueño que he tenido, yo, el rey Nabucodonosor. Tú, Baltasar, dame a conocer su sentido, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha sido capaz de interpretarlo. Pero tú sí eres capaz, porque en ti reside la inspiración divina.'
“Entonces Su Majestad vio bajar del cielo a un vigilante, un santo, que dijo: ‘Corten el árbol y destrúyanlo, pero dejen el tronco y sus raíces en la tierra, y átenlo con hierro y bronce, rodeado de la hierba nueva del campo. Que se empape con el rocío del cielo y que viva con los animales de fuera, en la maleza. Que su mente se vuelva como la de un animal. Que sea así por siete veces’.