Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, el líder de los Treinta. “¡Somos tuyos, David, y estamos contigo, hijo de Isaí! Que la paz, la prosperidad y el éxito sean tuyos y de los que te ayuden, porque Dios es el que te ayuda”. Así que David les permitió unirse a él, y los puso al frente de su ejército.