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Apocalipsis 13:3 - Versión Biblia Libre

3 Una de sus cabezas parecía haber sufrido una herida de muerte, pero tal herida se había sanado. Y todo el mundo estaba asombrado ante esta bestia,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Vi que una de las cabezas de la bestia parecía estar herida de muerte, ¡pero la herida mortal sanó! Todo el mundo se maravilló de este milagro y dio lealtad a la bestia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal se le curó. Entonces toda la tierra se maravilló, siguiendo a la bestia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y vi° una de sus cabezas como herida de muerte,° pero su herida de muerte fue sanada, y toda la tierra se maravilló en pos de la bestia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Vi que una de sus cabezas estaba como herida de muerte, pero su herida mortal se había curado. La tierra entera, fascinada, seguía a la bestia.

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Apocalipsis 13:3
15 Referencias Cruzadas  

La bestia que viste una vez pero no es, pero que pronto surgirá de nuevo del abismo, y luego será destruida por completo. Los que viven sobre la tierra y no tienen sus nombres escritos en el libro de la vida se maravillarán cuando vean a la bestia que era, pero no es, y regresará.


Engañó a los habitantes de la tierra con milagros que hacía en nombre de la bestia, y ordenándoles para que hicieran una imagen de la bestia que había recibido la herida mortal por espada, pero que volvió a la vida.


“Porque Dios puso en sus mentes que hicieran lo que él quería, que tuvieran un mismo acuerdo: ceder su reino a la bestia, para que se cumplan las palabras de Dios.


esos son siete reyes. Cinco ya han caído, uno reina ahora, y el último está por venir, y su reino será corto.


“Haré fuertes los brazos del rey de Babilonia y pondré mi espada en su mano, pero romperé los brazos del faraón, y gemirá de dolor como quien está a punto de morir.


Y han acordado un solo propósito: ceder su poder y autoridad a la bestia.


E impuso la misma autoridad que la bestia, en su nombre, e hizo que la tierra y los que viven en ella adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal había sanado.


Y Simón también creyó y fue bautizado. Y acompañó a Felipe, sorprendido por las señales milagrosas y las maravillas que veía.


En esos días el César emitió un decreto según el cual debía hacerse un censo de todos los que vivían en el Imperio Romano.


Y vi que la mujer estaba ebria con la sangre de los creyentes, y con la sangre de los mártires que habían muerto por Jesús. Cuando la vi, me quedé totalmente asombrado.


Los Fariseos se decían unos a otros: “Miren, no estamos logrando nada. Todos corren detrás de él”.


La bestia que era, y no es, es un octavo rey y pertenece a los siete. Él también será destruido por completo.


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