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2 Samuel 16:23 - Versión Biblia Libre

23 En ese momento los consejos de Ahitofel eran como si recibieran mensajes del propio Dios. Así consideraban tanto David como Absalón los consejos de Ahitofel.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 Y el consejo que daba Ahitofel en aquellos días, era como si se consultase la palabra de Dios. Así era todo consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Absalón siguió el consejo de Ahitofel, tal como lo había hecho David, porque cada palabra que decía Ahitofel parecía tan sabia como si hubiera salido directamente de la boca de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Por ese entonces todos los consejos de Ajitofel eran como palabras de Dios; así los consideraban tanto David como Absalón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 En aquellos días el consejo que daba Ahitofel era como si uno consultara el oráculo de Dios. Así era todo lo que aconsejaba Ahitofel, tanto para David como para Absalón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Los consejos que daba Ajitófel eran tenidos por entonces como oráculos de Dios, así eran estimados todos los consejos de Ajitófel, tanto por David como por Absalón.

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2 Samuel 16:23
20 Referencias Cruzadas  

Mientras Absalón ofrecía sacrificios, mandó llamar a Ahitofel el gilonita, consejero de David, pidiéndole que viniera desde Gilo, la ciudad donde vivía. La conspiración se hizo más fuerte, y los seguidores de Absalón seguían aumentando.


Y a David le dijeron: “Ahitofel es uno de los que conspiran con Absalón”. Así que David oró: “Señor, por favor, haz que el consejo de Ahitofel no prospere”.


Ahitofel le dijo a Absalón: “Permíteme elegir doce mil hombres y salir a perseguir a David esta noche.


Absalón y todos los jefes israelitas dijeron: “El consejo de Husai el arquita es mejor que el de Ahitofel”. Pero el Señor había decidido frustrar el buen consejo de Ahitofel, que era mejor, para traer el desastre a Absalón.


Cuando Ahitofel se dio cuenta de que su consejo había sido ignorado, ensilló su burro y se fue a su casa en la ciudad donde vivía. Puso en orden sus asuntos y luego se ahorcó. Murió y fue enterrado en la tumba de su padre.


Dijo a los hombres: ‘Reverenciar al Señor es la sabiduría, y apartarse del mal es el entendimiento’”.


Frustra los planes de los astutos para que no tengan éxito.


La ley de Dios es buena, reafirma la vida espiritual. Las enseñanzas de Dios son confiables; convierten a los inexpertos en sabios.


Escucha cómo imploro tu misericordia, cómo clamo por tu ayuda, cómo elevo mis manos en oraciones hacia tu santo Templo.


Las moscas muertas pueden hacer que el aceite perfumado huela mal. Del mismo modo, un poco de insensatez supera a la gran sabiduría y al honor.


“Mi gente es estúpida; no me conocen. Son niños tontos que no entienden. Son expertos en hacer el mal, pero no saben hacer el bien”.


Los sabios se mostrarán necios; se escandalizarán al ser descubiertos. ¿No ven que han rechazado lo que dice el Señor? ¿Acaso tienen alguna sabiduría?


Cuando necesite instrucciones deberá ir ante Eleazar, el sacerdote, quien orará al Señor en su nombre y consultará la decisión usando el Urim. Josué les dará órdenes a todos los israelitas sobre todo lo que deben hacer”.


Entonces Jesús oró: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas de las mentes de los inteligentes y sabios. Por el contrario, las has revelado a personas comunes.


“El hombre rico felicitó a su administrador deshonesto por su idea ingeniosa. Los hijos de este mundo son más astutos los unos con los otros, que los hijos de la luz.


Y aunque aseguraban ser sabios, se volvieron necios.


Todo el que hable, hágalo como si Dios hablara a través de él. Todo aquél que quiera ayudar a otros, hágalo por medio de la fuerza que Dios le da, para que en todo Dios sea glorificado por medio de Jesucristo. Que la gloria y el poder sean suyos por siempre y para siempre. Amén.


Entonces David le preguntó al Señor: “¿Debo perseguir a estos asaltantes? ¿Los alcanzaré?” “Sí, persíguelos”, contestó el Señor, “porque definitivamente los alcanzarás y rescatarás a los prisioneros”.


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