Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





2 Samuel 12:8 - Versión Biblia Libre

8 Te di la casa de tu amo y puse en tu regazo a las mujeres de tu amo. Te di el reino de Israel y de Judá, y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado mucho más.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 te di la casa de tu señor y las mujeres de tu señor, te di la casa de Israel y la de Judá, y por si esto fuera poco, habría hecho mucho más por ti.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

8 y te he entregado la casa de tu señor, y he puesto las mujeres de tu señor en tu seno, y te he dado la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.°

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Yo te entregué la casa de tu señor y puse en tus brazos las mujeres de tu amo, al mismo tiempo que te daba la casa de Israel y de Judá, y como si esto fuera poco, yo te habría añadido todavía otras cosas mayores.

Ver Capítulo Copiar




2 Samuel 12:8
11 Referencias Cruzadas  

“Esto es lo que dice el Señor ahora: ‘Por lo que hiciste, voy a traer desastre sobre tu propia familia. Arrebataré a tus esposas ante tus propios ojos y se las daré a otro, y él se acostará con tus esposas a la vista de todos.


El rico tenía muchos miles de ovejas y ganado,


Entonces los hombres de Judá llegaron a Hebrón, y allí ungieron a David como rey del pueblo de Judá. Cuando David se enteró de que eran los hombres de Jabes de Galaad los que habían enterrado a Saúl,


Reinó sobre Judá siete años y seis meses desde Hebrón, y reinó sobre todo Israel y Judá durante treinta y tres años desde Jerusalén.


Dios, hablas como si esto fuera una cosa pequeña para ti, y también has hablado del futuro de mi casa, de la dinastía de mi familia. ¿Es esta tu forma habitual de tratar con los seres humanos, Señor Dios?


“No temas – le dijo David – porque de verdad seré bondadoso contigo por amor a tu padre Jonatán. Te devolveré toda la tierra que poseía tu abuelo Saúl, y siempre comerás en mi mesa”.


El rey Salomón respondió a su madre: “¿Por qué diablos me pides que le dé a Abisag a Adonías? Es como si me pidieras que le diera el reino a mi hermano. Él es mi hermano mayor, y el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia, están de su lado”.


Porque el Señor nuestros es nuestro sol y nuestro escudo, y nos da gracia y honor. El señor no retira nada bueno de aquellos que viven con rectitud.


Pero tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de gracia, lento para la ira, lleno de amor y fidelidad.


Dios, quien no retuvo a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará gratuitamente todas las cosas?


¿Por qué no hiciste lo que el Señor te ordenó? ¿Por qué te abalanzaste sobre el despojo e hiciste lo malo ante los ojos del Señor?”


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos