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2 Reyes 5:3 - Versión Biblia Libre

3 Ella le dijo a su ama: “Si mi amo fuera a ver al profeta que vive en Samaria. Estoy segura de que él podría curarlo de su lepra”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Cierto día, la muchacha le dijo a su señora: «Si mi amo tan solo fuera a ver al profeta de Samaria; él lo sanaría de su lepra».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ella dijo a su patrona: '¡Ojalá mi señor se presentara al profeta que hay en Samaria, pues él le sanaría lalepra!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y ella dijo a su señora: ¡Ojalá estuviera mi señor con el profeta que está en Samaria! Entonces lo libraría de su lepra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y ella dijo a su señora: '¡Ah! Si mi señor se presentara a un profeta que hay en Samaría, él lo curaría de la lepra'.

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2 Reyes 5:3
9 Referencias Cruzadas  

Unos arameos habían hecho una incursión y habían capturado a una joven de la tierra de Israel. La habían hecho sierva de la esposa de Naamán.


Entonces Naamán fue a ver a su amo y le explicó lo que había dicho la muchacha israelita.


Pero cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras presa del pánico, envió un mensaje al rey, diciendo “¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Por favor, envíame a ese hombre, para que se convenza de que hay un profeta en Israel”.


“¿Estás celoso de mi reputación?” respondió Moisés. “¡Deseo que cada uno en el pueblo del Señor sea profeta y que el Señor les dé su espíritu a todos!”


Los ciegos pueden ver, los paralíticos pueden caminar, los leprosos son sanados, los sordos pueden oír, los muertos han vuelto a vivir y los pobres escuchan la buena noticia.


“No importa si toma poco o mucho tiempo”, respondió Pablo. “Pero mi oración a Dios es que no solo usted, sino todos los que me escuchan se vuelvan como yo, excepto por estas cadenas”.


Piensan que tienen todo lo que necesitan. Piensan que son muy ricos. Ustedes creen que ya son reyes, y que no nos necesitan. Yo desearía que en realidad ustedes estuvieran gobernando como reyes, para que nosotros pudiéramos gobernar con ustedes.


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