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2 Corintios 3:18 - Versión Biblia Libre

18 Así que todos nosotros, con nuestros rostros descubiertos, vemos y reflejamos al Señor como en un espejo. Estamos siendo transformados conforme a la misma imagen del espejo, cuya gloria es cada vez más brillante. Esto es lo que hace el Señor, que es el Espíritu.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Todos llevamos los reflejos de la gloria del Señor sobre nuestro rostro descubierto, cada día con mayor resplandor, y nos vamos transformando en imagen suya, pues él es el Señor del espíritu.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Pero nosotros todos, con rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transformados por el Espíritu, de gloria en gloria, en la misma imagen del Señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Y nosotros todos, con el rostro descubierto, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, su imagen misma, nos vamos transfigurando con gloria creciente como por la acción del Señor, que es Espíritu.

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2 Corintios 3:18
24 Referencias Cruzadas  

Ellos van de fuerza en fuerza, y cada uno aparecerá ante Dios en Jerusalén.


La Palabra se volvió humana y vivió entre nosotros, y nosotros vimos su gloria, la gloria del único hijo del Padre, lleno de gracia y verdad.


Isaías vio la gloria de Jesús y dijo esto en referencia a él.


Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que puedan ser uno, así como nosotros somos uno.


“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo esté, para que puedan ver la gloria que me diste—porque tú me amaste antes de que el mundo fuera creado.


No sigan los caminos de este mundo; por el contrario, sean transformados por la renovación espiritual de sus mentes, a fin de que puedan demostrar cómo es realmente la voluntad de Dios: buena, agradable, y perfecta.


Por el contrario, vístanse del Señor Jesucristo y olvídense de seguir sus deseos pecaminosos.


Porque Dios, escogiéndolos de antemano, los separó para ser como su Hijo, a fin de que el Hijo pudiera ser el primero de muchos hermanos y hermanas.


De este modo, pudimos cumplir los buenos requisitos de la ley, siguiendo al Espíritu y no a nuestra naturaleza pecaminosa.


La mente humana y pecaminosa es reacia a Dios porque se niega a obedecer la ley de Dios. Y de hecho, no puede hacerlo;


Ahora vemos como en un espejo con un reflejo borroso, pero entonces veremos cara a cara. Porque ahora solo tengo un conocimiento parcial, pero entonces conoceré por completo, tal como soy completamente conocido.


Así como heredamos la semejanza del hombre terrenal, también heredaremos la semejanza del hombre celestial.


Ahora bien, el Señor es el Espíritu, y dondequiera está el Espíritu del Señor, hay libertad.


El dios de este mundo ha cegado las mentes de los que no creen en Dios. Ellos no pueden ver la luz de la buena noticia de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios.


Porque el Dios que dijo: “Que brille la luz en medio de la oscuridad”, brilló en nuestros corazones para iluminar el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.


Por eso todo el que está en Cristo es un nuevo ser. ¡Lo viejo ya se ha ido y ha llegado lo nuevo!


La circuncisión o la incircuncisión no importan. ¡Lo que importa es que fuimos creados nuevamente!


y vístanse del nuevo ser que siempre está siendo hecho cada vez más como su Creador, con un mejor entendimiento de quién es él realmente.


que han sido determinadas por la maravillosa buena nueva de nuestro Dios bendito, y que él me encomendó.


no porque hubiésemos hecho algo bueno, sino por su misericordia. Lo hizo por medio de la limpieza del nuevo nacimiento y renovación del Espíritu Santo,


Si solo oyen la palabra y no la ponen en práctica, es como si miraran sus rostros en un espejo.


Amigos míos, ya somos hijos de Dios, pero lo que llegaremos a ser no se ha revelado todavía. Pero sabemos que cuando él aparezca seremos como él, porque lo veremos como él es realmente.


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