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1 Samuel 27:8 - Versión Biblia Libre

8 Durante ese tiempo, David y sus hombres hicieron incursiones contra los guesuritas, los girzitas y los amalecitas. Estos pueblos habían vivido en la tierra hasta Sur y Egipto desde tiempos antiguos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Y subía David con sus hombres, y hacían incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los amalecitas; porque estos habitaban de largo tiempo la tierra, desde como quien va a Shur hasta la tierra de Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 David y sus hombres pasaban su tiempo asaltando a los gesureos, a los gerzitas y a los amalecitas, pueblos que desde los tiempos antiguos vivían cerca de Shur, hacia la tierra de Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 David y sus hombres hicieron incursiones contra los guesuritas, los guergueseos y los amalecitas: esas tribus ocupan la región que se extiende desde Telam en dirección a Sur y al Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y David subía con sus hombres, y despojaban a los gesuritas, a los gercitas y a los amalecitas, pues estos habitaban desde hacía tiempo en aquella tierra, en dirección a Shur, hasta la tierra de Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 David y sus hombres subían y hacían incursiones contra los guesuritas, los guirzitas y los amalecitas, pues éstos habitaban la región que se extiende desde Telán, en dirección a Sur, hasta la tierra de Egipto.

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1 Samuel 27:8
22 Referencias Cruzadas  

Joab fue a Gesur y trajo a Absalón de vuelta a Jerusalén.


“Mira” – dijo Absalón, – “te he mandado llamar diciendo: ‘Ven aquí. Quiero que vayas a ver al rey y le preguntes: ¿Por qué me he molestado en volver de Gesur? Hubiera sido mejor que me quedara allí’. Así que ve y haz que me vea el rey, y si soy culpable de algo, que me mate”.


Porque yo, tu siervo, hice esta promesa mientras vivía en Guesur, en Aram, diciendo: ‘Si el Señor me hace volver a Jerusalén, adoraré al Señor en Hebrón’”.


Poco después, Joab y los hombres de David regresaron de una incursión, trayendo consigo una gran cantidad de botín. Sin embargo, Abner no estaba con David en Hebrón porque éste ya lo había enviado sano y salvo en paz.


Queliab (segundo), cuya madre fue Abigail, viuda de Nabal, de Carmel; Absalón (tercero), cuya madre fue Maaca, hija del rey Talmai, de Gesur;


Edom, Moab, los amonitas, los filisteos y los amalecitas; así como el botín tomado a Hadad-ezer, hijo de Rehob, rey de Soba.


Pero Gesur y Aram les quitaron las ciudades de Havvoth Jair, junto con Kenat y sus ciudades, para un total de sesenta ciudades. Todos ellos eran descendientes de Maquir, el padre de Galaad.


Entonces Moisés llevó a Israel lejos del Mar Rojo y al desierto de Sur. Durante tres días caminaron por el desierto pero no encontraron agua.


Entonces vinieron unos amalecitas y atacaron a los israelitas en Refidim.


Los amalecitas viven en el Néguev. Los hititas, jebuseos y amorreos viven en las colinas. Los cananeos viven en la costa del mar y también al lado del Jordán”.


Los amalecitas y cananeos que vivían allí en las colinas bajaron y atacaron a esos israelitas y los derrotaron, y los persiguieron hasta Jormá.


gobernaba en el norte, desde el monte Hermón hasta Sacalé, y todo Basán al este, y al oeste hasta las fronteras de los guesuritas y los maacatitas, junto con la mitad de Galaad hasta la frontera de Sehón, rey de Hesbón.


Pero los israelitas no habían expulsado a los gueshuritas ni a los maacateos, que aún viven entre ellos hasta el día de hoy.


“Esta es la tierra que queda: el territorio de todos los filisteos y de todos los gesureos,


Sin embargo, no expulsaron a los cananeos que vivían en Gezer, por lo que los cananeos viven en medio de la tribu de Efraín hasta el día de hoy, pero sometidos a trabajos forzados.


Efraín no expulsó a los cananeos que vivían en la ciudad de Gezer, así que los cananeos siguieron viviendo allí entre ellos.


Entonces Aquis llamó a David y le dijo: “Vive el Señor, tú eres honesto y has hecho lo correcto por lo que veo. Por lo que a mí respecta, debes marchar conmigo a la batalla porque no he encontrado ningún fallo en ti desde el día en que llegaste hasta ahora. Pero los otros líderes no te aprueban.


Tres días después, David y sus hombres llegaron de nuevo a Siclag. Unos amalecitas habían hecho una incursión en el Néguev y en Siclag. Habían atacado Siclag y la habían incendiado.


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