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1 Samuel 25:7 - Versión Biblia Libre

7 Me he enterado de que estás ocupado esquilando. Cuando tus pastores estuvieron con nosotros, no los maltratamos, y nada de lo que les pertenecía fue robado en todo el tiempo que estuvieron en el Carmelo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 He sabido que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en Carmel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Me dicen que es el tiempo de la esquila. Mientras tus pastores estuvieron entre nosotros cerca de Carmelo, nunca les hicimos daño y nunca se les robó nada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Sé que los esquiladores están ahora en tu casa. Debes saber que cuando tus pastores estaban con nosotros, no les creamos ningún problema, nada de lo que les pertenecía desapareció mientras estuvieron en Carmel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 He oído decir que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros, y nunca los maltratamos ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en el Carmelo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 He sabido que estás de esquileo. Pues bien, tus pastores han estado con nosotros y nunca los hemos molestado ni les ha faltado nada durante todo el tiempo que estuvieron en Carmelo.

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1 Samuel 25:7
9 Referencias Cruzadas  

Unos dos años después, cuando sus pastores estaban en Baal-hazor, cerca de Efraín, Absalón invitó a todos los hijos del rey a unirse a las celebraciones.


Se dirigió al rey y le dijo: “Yo, tu siervo, he contratado esquiladores. ¿Podrían acompañarme el rey y sus siervos?”


“¿Y nosotros?” le preguntaron algunos soldados. “¿Qué debemos hacer?” “No pidan dinero amenazando con violencia. No hagan acusaciones falsas. Estén conformes con sus salarios”, respondió él.


para que sean sinceros, inocentes de cualquier mal. Sean hijos irreprensibles de Dios en medio de un pueblo deshonesto y corrupto. Brillen entre ellos como luz del mundo,


Por último, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo recto, todo lo puro, todo lo que es bello, todo lo que es elogiable, todo lo que en verdad es digno de alabanza.


Todos los que tenían problemas o deudas o estaban resentidos también acudieron a él y se convirtió en su líder. Ahora tenía unos cuatrocientos hombres con él.


David acababa de quejarse: “¡De nada sirvió proteger las pertenencias de este hombre en el desierto! No le han robado nada en absoluto y, sin embargo, ¿qué hace? ¡Me devuelve mal por bien!


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