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1 Juan 3:3 - Versión Biblia Libre

3 Todos los que tienen esta esperanza en él, asegúrense de ser puros, como él lo es.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Y todos los que tienen esta gran expectativa se mantendrán puros, así como él es puro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Y si es esto lo que esperamos de él, querremos ser santos como él es santo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y todo el que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, como Él es puro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Quien tiene esta esperanza en él se vuelve puro, como puro es él.

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1 Juan 3:3
21 Referencias Cruzadas  

Te muestras puro a los que son puros, pero te muestras astuto con los astutos.


Crezcan y sean completamente fieles, así como su Padre que está en el cielo es fiel”.


Sean compasivos, como su Padre lo es.


Yo me consagro a mí mismo por ellos para que ellos también sean verdaderamente santos.


Él no hace distinción entre nosotros y ellos, y limpió sus corazones cuando ellos creyeron en él.


Y otra vez, Isaías dice: “El descendiente de Isaí vendrá a gobernar las naciones, y los extranjeros pondrán su esperanza en él”.


Queridos amigos, dado que tenemos estas promesas, limpiémonos de todo lo que contamina nuestro cuerpo y espíritu, procurando la santidad que nace de la reverencia a Dios.


por causa de la esperanza preparada para ustedes en el cielo. Ya escucharon sobre esto en la buena noticia, el mensaje de verdad


Quiera nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios el Padre (quien por medio de su gracia nos dio seguridad eterna y fiel esperanza),


Ahora que estamos justificados por su gracia, nos hemos convertido en herederos por la esperanza de la vida eterna.


Esfuércense por estar en paz con todos y buscar la santidad, pues de lo contrario no verán al Señor.


De modo que por estas dos acciones que no pueden cambiarse, y, como Dios no puede mentir, podemos tener plena confianza en que al huir buscando seguridad, podemos aferrarnos de la esperanza que Dios nos presentó.


Él es justamente el sumo sacerdote que necesitamos: santo y sin falta, puro y apartado de los pecadores, y con un lugar en lo más alto de los cielos.


Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. Laven sus manos, pecadores. Purifiquen sus corazones, ustedes que tienen lealtades divididas.


Ahora necesitan ser santos en todo lo que hagan, así como Aquél que los llamó es santo.


¡Alabado sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia hemos nacido de nuevo y se nos ha dado una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.


Por medio de estas promesas podemos participar de la naturaleza divina, deshacernos de la corrupción que producen los deseos malos de este mundo.


Así que, amigos míos, puesto que ustedes esperan estas cosas, asegúrense de estar puros e irreprochables, y en paz con Dios.


Todo el que dice vivir en él, debe vivir como Jesús vivió.


Es así como el amor se completa en nosotros, para que podamos estar seguros en el día del juicio: por el hecho de que vivimos como él en este mundo.


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