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1 Juan 2:5 - Versión Biblia Libre

5 Pero los que siguen la palabra de Dios permiten que su amor llene sus corazones por completo. Así es como sabemos que vivimos en él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 En cambio, si uno guarda su palabra, el auténtico amor de Dios está en él. Y vean cómo conoceremos que estamos en él:

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 pero el que obedece su palabra, en éste verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios; por esto pues sabemos que estamos en Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 En el que guarda su palabra, en éste verdaderamente ha llegado a su plenitud el amor de Dios. En esto conocemos que estamos en él.

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1 Juan 2:5
32 Referencias Cruzadas  

El Señor hizo esto para que ellos lo siguieran y guardaran sus leyes. ¡Alaben al Señor!


Felices son esos que tratan a la gente de forma justa, quienes siempre hacen lo correcto.


A ti oro, y pido salvación para poder hacer tu voluntad.


Felices los que guardan sus mandamientos y con sinceridad desean seguirle.


Tú nos has ordenado seguir tus instrucciones con cuidado.


Si guardas la ley, eres un hijo sabio; pero si te juntas con malas compañías serás vergüenza de tu padre.


“Ahora, hijos míos, escúchenme, porque los que siguen mis caminos son felices.


Los que siguen sus órdenes no se verán involucrados en hacer el mal. La gente sabia piensa, reconociendo que hay un tiempo correcto, y una manera correcta.


Pondré mi Espíritu dentro de ustedes para que sigan mis leyes y se acuerden de hacer lo que les digo.


Pero Jesús dijo: “Más benditos aún son los que oyen la palabra de Dios y siguen sus enseñanzas”.


Aquellos que guardan mis mandamientos son los que me aman; aquellos que me aman, serán amados por mi Padre. Yo también los amaré, y me revelaré en ellos”.


Jesús respondió: “Aquellos que me aman harán lo que yo digo. Mi Padre los amará, y vendremos a crear un hogar con ellos.


Yo soy la vid y ustedes las ramas. Los que permanezcan en mí, y yo en ellos, producirán mucho fruto—porque lejos de mí, ustedes no pueden hacer nada.


Aquellos que comen mi carne y beben mi sangre permanecen en mí y yo en ellos.


Así que ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús.


Es por él que ustedes viven en Jesucristo, a quien Dios puso como sabiduría para nosotros. Él nos hace justos y nos hace libres.


Por eso todo el que está en Cristo es un nuevo ser. ¡Lo viejo ya se ha ido y ha llegado lo nuevo!


Dios hizo que Jesús, quien nunca pecó, experimentara las consecuencias del pecado para que nosotros pudiéramos tener un carácter recto, así como Dios es recto.


Sepan que su fe en Dios iba de la mano con lo que hizo, y por medio de lo que hizo su fe en Dios fue completa.


Los que guardan sus mandamientos siguen viviendo en él, y él vive en ellos. Y sabemos que él vive en nosotros por el Espíritu que nos ha dado.


Es así como el amor se completa en nosotros, para que podamos estar seguros en el día del juicio: por el hecho de que vivimos como él en este mundo.


Donde hay amor no puede haber temor. Y Dios nos ama por completo, y este amor echa fuera todos nuestros miedos. Si tememos, es porque tememos ser castigados, y eso muestra que no hemos sido plenamente transformados por la plenitud del amor de Dios.


¿Cómo sabemos que amamos a los hijos de Dios? Cuando amamos a Dios y seguimos sus mandamientos.


También sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha ayudado a entender, para que podamos reconocer al que es verdadero. Vivimos en él, que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios, y es vida eterna.


Y esto es el amor: que sigamos los mandamientos de Dios. Y el mandamiento, como oíste desde el principio, es que debemos vivir en amor.


Y el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a atacar el resto de su descendencia, aquellos que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.


Esto quiere decir que los creyentes deben perseverar con paciencia, guardando los mandamientos de Dios y confiando en Jesús.


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