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Lucas 2:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Hoy ha nacido, en la ciudad de David, su Salvador, que es Cristo el Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 ¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor— ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¡Hoy os nació en la ciudad de David un Salvador, que es el Mesías, el Señor!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo Señor.

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Lucas 2:11
38 Referencias Cruzadas  

Habrá siempre enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la de ella. El descendiente de la mujer te aplastará la cabeza, mientras tú solamente le morderás el talón.


El cetro estará en las manos de Judá, y el bastón de gobernante estará en sus pies, hasta que llegue el rey por excelencia, a quien todos los pueblos obedecerán.


Los reyes de la tierra se preparan para la batalla; los gobernantes se asocian contra el Señor y contra su ungido.


Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo y él tendrá el gobierno sobre su hombro. Estos serán sus títulos de realeza: «Admirable», «Consejero», «Dios poderoso», «Padre eterno», «Príncipe de paz».


Jacob fue el padre de José, esposo de María, y María fue la madre de Jesús, el Mesías.


María tendrá un hijo y lo llamarán Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».


―¡Tú eres el Cristo, el Mesías, el Hijo del Dios viviente! —respondió Simón Pedro.


A continuación les suplicó que no le dijeran a nadie que él era el Mesías.


¿Cómo es que la madre de mi Señor ha venido a visitarme?


Nos envió un poderoso salvador, que desciende del rey David, su siervo.


y le había hecho saber que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor.


También José, que era descendiente del rey David, tuvo que ir de Nazaret, que era una ciudad de la región de Galilea, a Belén, que estaba en Judea. Esa era la ciudad de David,


Andrés, al primero que encontró fue a su hermano Simón y le dijo: ―Hemos encontrado al Mesías (es decir, al Cristo).


Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo: ―Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y del que también escribieron los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José.


Ella le respondió: ―Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo.


Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.


La mujer respondió: ―Yo sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.


Le dijeron a la mujer: ―Ahora creemos porque nosotros mismos lo hemos oído, y sabemos en verdad que él es el Salvador del mundo.


Y nosotros hemos creído, y sabemos que eres el Santo de Dios.


Otros decían: «¡Es el Cristo!». Pero otros preguntaban: «¿Cómo puede el Cristo venir de Galilea?».


Estoy seguro de que ya ustedes habrán oído hablar de las buenas noticias que recibió el pueblo de Israel sobre la paz con Dios, que se puede obtener mediante Jesús el Mesías, Señor de todos. Este mensaje empezó en Galilea y ha estado resonando en Judea desde que Juan el Bautista comenzó a predicar el bautismo.


»Precisamente, uno de los descendientes del rey David, Jesús, es el Salvador que Dios le prometió a Israel.


explicándoles que era necesario que el Mesías sufriera y que resucitara de los muertos, y que Jesús, a quien él predicaba, era el Mesías.


»Por lo tanto, pueblo de Israel, sepan bien que Dios ha hecho Señor y Mesías a Jesús, el que ustedes crucificaron».


Luego, con su gran poder, lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que el pueblo de Israel se vuelva a Dios y alcance el perdón de sus pecados.


Adán fue hecho del polvo de la tierra, pero Cristo descendió del cielo.


y para que toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para que le den la gloria a Dios Padre.


Es más, todo lo considero una pérdida comparado con el supremo valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo y lo considero basura, con tal de ganar a Cristo


Ahora bien, de la misma manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, deben comportarse como le agrada a él;


Además, con nuestros propios ojos vimos, y ahora lo proclamamos a los cuatro vientos, que Dios envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.


Si creen ustedes que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y el Salvador, ustedes son hijos de Dios. Y el que ama al padre ama también a los hijos.


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