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Juan 15:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 »Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 'Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador.

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Juan 15:1
28 Referencias Cruzadas  

Madruguemos para salir a las viñas a ver si han retoñado, si los capullos se han abierto, y si los granados están en flor. Y allí te entregaré mi amor.


Aquellos de quienes está escrito que escaparán a la destrucción de Jerusalén serán lavados y purificados de toda su inmundicia moral por medio de los horrores que pasarán y por el fuego. Constituirán el santo pueblo de Dios y la tierra les producirá la mayor abundancia y sus más ricos frutos.


Todo los habitantes de Jerusalén practicarán la justicia y poseerán por siempre la tierra, porque aquí los plantaré con mis propias manos, y así se manifestará mi gloria.


A todos los que guardan luto en Israel les dará: belleza en vez de cenizas, júbilo en vez de llanto, y alabanza en vez de abatimiento. Porque para gloria de Dios, él mismo los ha plantado como vigorosos y esbeltos robles.


Muchos gobernantes extranjeros han asolado a mi pueblo como si fuera un viñedo maltratado, pisoteando las vides y transformando su belleza en estéril desierto.


¿Cómo pudo ocurrir esto? ¿Cómo pudo ser? Porque cuando yo los planté, elegí cuidadosamente la semilla: era la mejor. ¿Por qué te has convertido en esta degenerada raza de malvados, como si procedieran de una malísima semilla?


»¡Tu madre fue como una vid plantada al lado de un canal de riego, vigorosa de follaje verde por la abundancia de agua!


¡Cuán próspero es Israel, es como una vid frondosa y llena de fruto! Pero cuanta más riqueza yo le doy, más altares construye para sus dioses paganos; cuanto más ricas son las cosechas que yo le doy, tanto más hermosas son las estatuas y las imágenes que construye para ellos.


»Óyeme, Josué, sumo sacerdote, y que me oigan también tus compañeros, los que están a tu lado, pues todos ustedes son una señal de las buenas cosas que vendrán: ¡Yo traeré a mi siervo, yo traeré a mi Renuevo!


―Cualquier planta que mi Padre no haya sembrado será arrancada —les respondió Jesús—.


»El reino de los cielos es también semejante al dueño de una finca que sale por la mañana a contratar obreros para recoger la cosecha.


Entonces les contó la siguiente parábola: «Cierto hombre plantó una viña, la cercó, construyó una torre de vigilancia, y la arrendó a varios labradores. Según el contrato, estos habrían de compartir con el dueño el producto de la viña. El dueño se fue a otra región.


Entonces Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó un viñedo. Puso un cerco alrededor de él, cavó un lagar y construyó una torre para vigilarlo. Luego alquiló el viñedo a unos labradores y se fue de viaje.


Entonces les contó esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viñedo. Cuando fue a buscar fruto en ella, no encontró nada,


Por medio de Moisés recibimos la ley mientras que por medio de Jesucristo recibimos el amor y la verdad.


La luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, ya estaba por llegar a este mundo.


Si alguna de mis ramas no da uvas, la corta; pero a todas las ramas que dan fruto, las poda para que den todavía más fruto.


Jesús les respondió: ―Les aseguro que no fue Moisés el que les dio a ustedes el pan del cielo. Mi Padre es el que da el verdadero pan del cielo.


Porque mi carne es comida verdadera y mi sangre es bebida verdadera.


Es cierto que algunas de las ramas del árbol fueron cortadas. Y también que ustedes los gentiles, que eran como ramas de olivo silvestre, han sido injertados entre las demás ramas. Como resultado, ahora se nutren también de la rica savia de la raíz del olivo.


No somos más que colaboradores de Dios. Ustedes son el huerto de Dios, son el edificio de Dios.


Sin embargo, siempre es nuevo, porque es una realidad que se muestra en Cristo y en ustedes. Esto es así porque la luz verdadera brilla y hace que la oscuridad vaya disipándose.


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