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Éxodo 4:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 ―¿Quién hizo la boca? —le preguntó el Señor—. ¿No la hice yo, el Señor? ¿Quién hace que el hombre pueda o no pueda hablar, que vea o no vea, que oiga o no oiga?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Entonces el Señor le preguntó: —¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el Señor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Le respondió Yavé: '¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace que uno hable y otro no?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero YHVH le respondió: ¿Y quién ha dado boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al vidente y al ciego? ¿No soy Yo YHVH?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Yahveh le respondió: '¿Quién ha dado al hombre la boca, y quién hace al mudo y al sordo, al vidente y al ciego? ¿Acaso no soy yo, Yahveh?

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Éxodo 4:11
18 Referencias Cruzadas  

Vamos, descendamos y hagamos que hablen diversos idiomas, para que no puedan entenderse».


¿Hay algo que sea difícil para el Señor? Como te dije, el próximo año, por este tiempo, volveré a visitarte, y para entonces Sara tendrá un hijo.


El Señor da vista a los ciegos, el Señor ama a los justos.


Abre mis labios, Señor para que pueda alabarte.


¿Será sordo el que hizo las orejas? ¿Estará ciego el que formó los ojos?


El oído para oír y los ojos para ver son obras de la creación del Señor.


Darás vista a los ciegos y libertarás a los que yacen en prisión de tinieblas y desaliento.


Con ella me tocó los labios y dijo: ―Con esto se te declara “inocente”, porque esta brasa tocó tus labios. Todos tus pecados quedan perdonados.


«¡Oh Señor Dios», dije yo, «no puedo hacer eso! ¡No soy más que un muchacho! ¡Ni siquiera puedo hablar con soltura!».


Luego el Señor me tocó la boca y dijo: Mira, te he dado la capacidad de comunicar mis mensajes.


La presencia del Señor había estado conmigo la tarde anterior y me había sanado para que pudiera hablar de nuevo para cuando el hombre llegara.


¿Acaso no se asusta la gente cuando escucha sonar la alarma? ¿Acaso vendrá sobre la ciudad algún castigo que no lo haya mandado el Señor?


Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres.


Pero como no creíste lo que te dije, lo cual se va a realizar a su debido tiempo, no podrás hablar hasta el día en que todo esto se cumpla.


Al instante, Zacarías recobró el habla y comenzó a alabar a Dios.


Pero otros decían: «Nadie que tenga un demonio puede hablar así. Además, ¿acaso puede un demonio abrirles los ojos a los ciegos?».


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