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Éxodo 15:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

21 entonó este cántico: Cantemos al Señor, porque obtuvo un triunfo extraordinario, pues arrojó caballos y jinetes al mar.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 Y María les respondía: Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Y Miriam entonaba este cántico: «Canten al Señor, porque ha triunfado gloriosamente; arrojó al mar al caballo y al jinete».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Y Miriam les entonaba estas palabras: 'Cantemos a Yavé, que se hizo famoso; arrojó en el mar al caballo y su jinete.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y Miriam les respondía: ¡Cantad a YHVH, Porque se ha magnificado grandemente, Al caballo y su jinete arrojó al mar!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 María les entonaba este estribillo: 'Cantad a Yahveh, pues se cubrió de gloria: caballos y jinetes precipitó en el mar'.

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Éxodo 15:21
17 Referencias Cruzadas  

»¡Que no lo sepan los filisteos, para que no se gocen! ¡Que no lo sepan las ciudades de Gat y Ascalón, para que no se burlen esa gente idólatra!


David, que tenía puesta una túnica sacerdotal de lino, danzaba delante del Señor con todas sus fuerzas.


los trompetistas y los cantores comenzaron a alabar y a dar gracias al Señor, acompañados de trompetas, címbalos y demás instrumentos musicales. Y cuando entonaron a una voz el coro: «Den gracias al Señor, porque él es bueno, y su amor y su bondad son para siempre», una nube cubrió el templo del Señor. Debido a esta nube, los sacerdotes no pudieron continuar la ceremonia.


Cuando tú, Dios de Jacob, los reprendiste, caballos y jinetes quedaron inmóviles.


Llenos de júbilo, Moisés y el pueblo de Israel cantaron este himno al Señor: Cantaré al Señor, porque obtuvo un triunfo extraordinario, pues arrojó caballos y jinetes al mar.


Echó en el mar los carros y la caballería del faraón. Los más valientes guerreros egipcios yacen muertos en el Mar Rojo.


Y cantaban un cántico nuevo frente al trono de Dios y delante de los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos. Los únicos que podían cantar aquel canto eran aquellos ciento cuarenta y cuatro mil redimidos de entre los de la tierra.


y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero: «Formidables y maravillosas son tus obras, Señor, Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.


y dedicaron al Cordero este nuevo canto: «Eres digno de recibir el pergamino y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios un pueblo de entre todos los linajes, pueblos, lenguas y naciones.


»Oigan bien, reyes y príncipes, porque cantaré al Señor el Dios de Israel.


Sucedió, sin embargo, que cuando el ejército israelita volvía victorioso después de que David mató a Goliat, las mujeres de todos los pueblos y aldeas salían al camino a celebrar y a vitorear al rey Saúl, y cantaban y danzaban llenas de gozo con tamboriles y címbalos.


Esta era su canción: «Saúl mató sus miles, y David sus diez miles».


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