1 Corintios 2:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

³ Me presenté ante ustedes con tanta debilidad que temblaba de miedo.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

³ Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Me acerqué a ustedes en debilidad: con timidez y temblor.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Yo mismo me sentí débil ante ustedes, tímido y tembloroso.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ Y llegué a vosotros con debilidad, y con temor y con mucho temblor;°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Y me presenté ante vosotros débil y con mucho temor y temblor.

1 Corintios 2:3 Referencias Cruzadas

Isaías 19:16

En aquel día los egipcios serán tan débiles como mujeres, temblando de miedo ante el puño alzado de Dios.

Hechos 17:1

Viajaron luego a través de las ciudades de Anfípolis y Apolonia, y llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga judía.

Hechos 18:1

Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto.

Hechos 18:12

Cuando Galión tomó posesión como gobernador de Acaya, los judíos conspiraron contra Pablo y lo llevaron a juicio ante el gobernador,

Hechos 18:6

Pero cuando los judíos se le enfrentaron y blasfemaron, se sacudió sus ropas y les dijo: ―Que su sangre caiga sobre las cabezas de ustedes. Yo he cumplido ya con mi deber. De ahora en adelante me iré a predicar entre los gentiles.

2 Corintios 10:1

Cuando yo, Pablo, les ruego algo, lo hago con la misma ternura y bondad de Cristo. Sin embargo, se ha dicho que cuando les escribo soy fuerte, pero que cuando lo hago personalmente soy suave.

2 Corintios 10:10

«En sus cartas se expresa muy bruscamente y con palabras duras», dicen algunos. «¡Pero cuando llegue verán que en persona no impresiona a nadie y que no existe peor predicador!».

2 Corintios 13:4

Su débil cuerpo humano murió en la cruz, pero ahora vive por el poder de Dios. Nosotros también, al igual que él lo era, somos débiles; pero ahora, unidos a él, vivimos y tenemos el poder de Dios para tratar con ustedes.

2 Corintios 13:9

Por eso nos alegramos cuando nosotros somos débiles, con tal de que ustedes sean fuertes. Nuestra oración es que Dios los restaure en todo.

2 Corintios 4:1

Dios, en su misericordia, es el que nos permite servirle, y por eso no nos damos nunca por vencidos.

2 Corintios 4:16

Por eso, nunca nos damos por vencidos. Aunque este cuerpo nuestro se va desgastando, por dentro nos renovamos cada vez más.

2 Corintios 6:4

Más bien, en cada uno de nuestros actos tratamos de portarnos como servidores de Dios. Con paciencia soportamos los sufrimientos, las necesidades, las angustias.

2 Corintios 7:15

Él los ama más que nunca, sobre todo cuando recuerda la obediencia que le prestaron y la humildad con que lo recibieron.

2 Corintios 7:5

Desde que llegamos a Macedonia no habíamos tenido reposo: desde fuera, las dificultades se agolpaban a nuestro alrededor; por dentro, sentíamos mucho temor.

Efesios 6:5

Esclavos, obedezcan a sus amos humanos; sírvanles de buena gana, con respeto y sinceridad de corazón, como a Cristo.