Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Santiago 1:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Los saluda Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo. Les dirijo esta carta a las doce tribus que están esparcidas por el mundo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Yo, Santiago, esclavo de Dios y del Señor Jesucristo, escribo esta carta a las «doce tribus»: los creyentes judíos que están dispersos por el mundo. ¡Reciban mis saludos!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Santiago, servidor de Dios y de Cristo Jesús el Señor, saluda a las doce tribus dispersas en medio de las naciones.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Jacobo,° un siervo de Dios y del Señor Jesús el Mesías, a las doce tribus° que están en la dispersión: ¡Salud!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus en la diáspora: salud.

Ver Capítulo Copiar




Santiago 1:1
41 Referencias Cruzadas  

además de Felipe, Bartolomé, Tomás y Mateo, que era cobrador de impuestos. Y con ellos también llamó a Santiago, que era hijo de Alfeo, a Tadeo,


¿No es acaso el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María; y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?


―Les aseguro —respondió Jesús— que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el Zelote


Quiero que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


también Mateo, Tomás y Santiago hijo de Alfeo; además de Simón, al que llamaban el Zelote,


Quien quiera servirme debe seguirme. Donde yo esté, allí también estará mi siervo. Al que me sirva, mi Padre lo honrará.


«¿Y este a dónde piensa irse que no podamos encontrarlo? —comentaban entre sí los judíos—. ¿Será que piensa ir a nuestra gente dispersa entre las naciones, para enseñar a los griegos?


Cuando llegaron, subieron al lugar donde se estaban quedando. Estaban allí Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás. También estaban Bartolomé, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, Simón el Zelote, y Judas hijo de Santiago.


Con la mano Pedro les hizo señas de que se callaran, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. ―Cuéntenles esto a Santiago y a los otros creyentes —les dijo. Luego salió y se fue a otro lugar.


Cuando terminaron, Santiago tomó la palabra y dijo: ―Hermanos en la fe, escúchenme.


No olvidemos que, desde hace mucho tiempo, la Ley de Moisés siempre se ha predicado y leído en cada ciudad. Esto se hace cada sábado en las sinagogas».


Con ellos mandaron la siguiente carta: Los apóstoles y los líderes, a los creyentes no judíos en Antioquía, Siria y Cilicia: Saludos, hermanos en la fe.


Estaban de visita en Jerusalén judíos que amaban mucho a Dios. Venían de todas las naciones de la tierra.


Al día siguiente, Pablo fue con nosotros a ver a Santiago, y todos los líderes estaban presentes.


Claudio Lisias, a su excelencia el gobernador Félix. Saludos.


Esta es la promesa que nuestras doce tribus esperan que se cumpla. Por eso adoran a Dios día y noche con mucho cuidado. Yo creo en esa promesa, oh rey, y de eso me acusan los judíos.


Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban. Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, tuvieron que huir a las regiones de Judea y Samaria.


Los saluda Pablo, servidor de Cristo Jesús, quien me llamó para ser su apóstol. Él me apartó para anunciar la buena noticia de Dios.


No vi a ningún otro de los apóstoles; solo vi a Santiago, el hermano del Señor.


Y es que, antes que llegaran algunos de parte de Santiago, Pedro acostumbraba comer con los no judíos. Sin embargo, cuando ellos llegaron, dejó de hacerlo y se separó de los no judíos. Les tenía miedo a los judíos que insistían en la necesidad de circuncidarse.


En efecto, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados líderes importantes, reconocieron que Dios, aunque yo no lo merecía, me escogió. Entonces nos dieron la mano a Bernabé y a mí aceptándonos como compañeros. Y acordamos que nosotros iríamos a los no judíos y ellos a los judíos.


Los saludan Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús. Esta carta va dirigida a todos los creyentes en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los líderes y diáconos.


Haz todo lo posible por venir antes del invierno. Te mandan saludos Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los creyentes.


Te saluda Pablo, servidor de Dios y apóstol de Jesucristo. Dios me ha llamado para que enseñe a los elegidos de Dios cómo es la verdadera religión y les enseñe a tener fe.


Los saluda Pedro, apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a ustedes, los elegidos, que viven como extranjeros en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.


Los saluda Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a los que han confiado en Cristo de manera tan preciosa como lo hemos hecho nosotros. Esa confianza nos la ha dado nuestro Dios y Salvador Jesucristo, quien ha demostrado ser justo.


Los saluda Judas, servidor de Jesucristo y hermano de Santiago. Dirijo esta carta a los que son amados por Dios el Padre, protegidos y llamados por Jesucristo.


Y oí el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil de todas las tribus de Israel.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos