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Romanos 8:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

4 Él murió para que se hiciera justicia, y así cumplió por nosotros lo que demandaba la Ley. Ahora no vivimos controlados por el pecado, sino por el Espíritu.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Lo hizo para que se cumpliera totalmente la exigencia justa de la ley a favor de nosotros, que ya no seguimos a nuestra naturaleza pecaminosa sino que seguimos al Espíritu.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Así, en adelante, la perfección que buscaba la Ley había de realizarse en los que no andamos por los caminos de la carne, sino por los del Espíritu.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 para que la exigencia de la ley fuera cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al espíritu.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 a fin de que lo mandado por la ley se cumpla en nosotros, los que caminamos, no según la carne, sino según el Espíritu.

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Romanos 8:4
13 Referencias Cruzadas  

Ambos tenían una conducta recta delante de Dios. Obedecían todas las instrucciones y mandamientos del Señor.


Por lo tanto, si los no judíos obedecen los requisitos de la Ley, ¿no se les considerará como parte del pueblo de Dios aunque no estén circuncidados?


¿Quiere esto decir que, si creemos en él, la Ley ya no sirve de nada? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos el valor de la Ley.


Pues este es mi ruego: que, cuando vaya a verlos, no tenga que ser tan valiente como he decidido. Sin duda, seré muy duro con aquellos que nos acusan de vivir siguiendo las reglas de este mundo.


Pues, aunque vivimos en el mundo, no luchamos en la vida como lo hace el mundo.


Así que les digo: Vivan guiados por el Espíritu, así no seguirán los deseos de hacer el mal.


Pero ahora Dios los ha reconciliado gracias a la muerte de Cristo, para presentarlos ante Dios santos, sin pecado y sin que nadie los acuse de nada malo.


Se han acercado a la multitud de los que Dios ha tratado como a sus primeros hijos. Es decir, a los que él ha dado el derecho de vivir en el cielo. Se han acercado a Dios, el juez de todos; a los espíritus de los justos a quienes Dios ha hecho perfectos.


Queridos hermanos en la fe, ya somos hijos de Dios. Sin embargo, todavía no se nos ha mostrado todo lo que llegaremos a ser. Lo que sí sabemos es que cuando Cristo venga seremos como él es, porque lo veremos tal como él es.


Dios tiene el poder para protegerlos. Él los cuidará para que no hagan lo malo. Así los presentará ante su gloriosa presencia sin pecado y con gran alegría.


Ellos nunca mintieron ni hicieron lo malo.


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