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Mateo 9:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

8 Al ver esto, toda la gente se llenó de temor y dio gloria a Dios por haber dado tal autoridad a las personas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Al ver esto, el temor se apoderó de la multitud y alabaron a Dios por darles semejante autoridad a los seres humanos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 La gente, al ver esto, quedó muy impresionada y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Al ver esto, las multitudes tuvieron temor° y glorificaron a Dios, porque había dado tal autoridad a los hombres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Al ver esto, la multitud quedó sobrecogida de temor y glorificaron a Dios por haber dado tal poder a los hombres.

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Mateo 9:8
22 Referencias Cruzadas  

Toda la gente se quedó asombrada y decía: «¿No será este el Hijo de David?».


La gente se asombraba al ver a los mudos hablar, a los lisiados recobrar la salud, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y alababan al Dios de Israel.


Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: ―Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.


Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos.


Y el hombre se levantó y se fue a su casa.


Y el hombre se levantó, tomó su camilla en seguida y salió caminando a la vista de todos. Ellos se quedaron asombrados y comenzaron a alabar a Dios. ―Jamás habíamos visto cosa igual —decían.


La gente estaba sumamente asombrada y decía: «Todo lo hace bien. Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos».


Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios.


Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces.


¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?


Al instante recobró la vista. Entonces, dando la gloria a Dios, comenzó a seguir a Jesús. Y todos los que lo vieron alababan a Dios.


Los pastores regresaron dando gloria y alabando a Dios por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como se les había dicho.


El capitán romano, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo: ―¡Verdaderamente este hombre era justo!


Todos se llenaron de temor y alababan a Dios. ―Hay entre nosotros un gran profeta —decían—. Dios ha venido en ayuda de su pueblo.


Mi Padre recibe la gloria cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.


Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!


Al oírlo, alabaron a Dios. Luego le dijeron a Pablo: «Amigo, ya viste cuántos miles de judíos han creído. Y todos ellos siguen obedeciendo a la Ley.


Después de nuevas amenazas, los dejaron irse. Por causa de la gente, no hallaban manera de castigarlos. Todos alababan a Dios por lo que había sucedido.


En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios. Pues, luego de aceptar la buena noticia de Cristo, ustedes han demostrado obediencia al dar de manera generosa para ellos y para todos.


Y daban la gloria a Dios por lo que él había hecho en mí.


Mantengan una conducta ejemplar entre los que no creen en Dios. Así, cuando los acusen de hacer el mal, ellos verán todo lo bueno que ustedes hacen y alabarán a Dios el día que él venga a juzgar a todos.


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