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Mateo 9:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

18 Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo: ―Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella y vivirá.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Mientras Jesús decía esas cosas, el líder de una sinagoga se le acercó y se arrodilló delante de él. «Mi hija acaba de morir —le dijo—, pero tú puedes traerla nuevamente a la vida solo con venir y poner tu mano sobre ella».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se postró delante de él y le dijo: 'Mi hija acaba de morir, pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Mientras Él les hablaba estas cosas, de pronto llegó un principal y° se postraba ante Él, diciendo: Mi hija acaba de morir, pero ven,° pon tu mano sobre ella, y vivirá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Mientras les estaba diciendo estas cosas, se le acercó un dignatario, se postró ante él y le dijo. 'Mi hija acaba de morir; pero ven, pon tu mano sobre ella y vivirá'.

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Mateo 9:18
25 Referencias Cruzadas  

Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: ―Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.


La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó: ―¡Señor, ayúdame!


Cuando llegaron a donde estaba la gente, un hombre se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él.


Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó juntamente con ellos a Jesús y, arrodillándose, le pidió un favor.


Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban.


Un hombre que estaba enfermo de lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. ―Señor, si quieres, puedes sanarme —le dijo.


Los discípulos fueron a despertarlo. ―¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!


Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejos. De hacerlo así, se reventará el cuero, se derramará el vino y los recipientes se arruinarán. Más bien, el vino nuevo se echa en recipientes nuevos, y así ambos se conservan.


Jesús se levantó y fue con él, acompañado de sus discípulos.


les dijo: ―Váyanse. La niña no está muerta, sino dormida. Entonces empezaron a burlarse de él.


Molesto porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino y le dijo a la gente: ―Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado.


Cierto dirigente le preguntó: ―Maestro bueno, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?


Había allí un capitán del ejército romano cuyo siervo, a quien él estimaba mucho, estaba enfermo, a punto de morir.


Entonces Jesús le dijo: ―Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.


María llegó adonde estaba Jesús. Al verlo, se arrojó a sus pies y le dijo: ―Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.


Al terminar la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Amigos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen».


El padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería. Pablo entró a verlo y, después de orar, puso sus manos sobre él y lo sanó.


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