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Mateo 27:19 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

19 Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Justo en ese momento, cuando Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente mensaje: «Deja en paz a ese hombre inocente. Anoche sufrí una pesadilla terrible con respecto a él».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Mientras Pilato estaba en el tribunal, su mujer le mandó a decir: 'No te metas con ese hombre porque es un santo, y anoche tuve un sueño horrible por causa de él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y estando sentado él en el tribunal, le mandó a decir su mujer: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy sufrí mucho en sueños a causa de él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le envió un recado: 'No te metas con ese justo; que hoy, en sueños, he sufrido mucho por su causa'.

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Mateo 27:19
28 Referencias Cruzadas  

Pero, cuando él estaba pensando hacer esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños. El ángel le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha quedado embarazada por obra del Espíritu Santo.


Después de que murió Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto


Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Entonces, advertido por Dios en sueños, se retiró al territorio de Galilea


Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente. ―Soy inocente de la sangre de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!


―He pecado —les dijo— porque he entregado sangre inocente. ―¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú!


En nuestro caso, el castigo es justo. Sufrimos lo que merecen nuestros delitos. Este, en cambio, no ha hecho nada malo.


El capitán romano, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo: ―¡Verdaderamente este hombre era justo!


Al oír esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera. Luego se sentó en el tribunal, en un lugar al que llamaban el Empedrado, y que en hebreo se dice «Gabatá».


El día señalado, Herodes, ataviado con su ropaje real y sentado en su trono, le dirigió un discurso al pueblo.


Cuando Galión era gobernador de Acaya, los judíos se pusieron de acuerdo para atacar a Pablo y llevarlo al tribunal.


Así que mandó que los expulsaran del tribunal.


Entonces se fueron todos sobre Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon delante del tribunal. Pero Galión no le dio ninguna importancia al asunto.


Pablo contestó: ―Ya estoy ante el tribunal del césar, que es donde se me debe juzgar. No les he hecho ningún mal a los judíos, como usted sabe muy bien.


Cuando vinieron ante mí, no lo retrasé más, sino que al día siguiente reuní al tribunal y mandé traer a este hombre.


Después de pasar entre los judíos unos ocho o diez días, Festo bajó a Cesarea. Al día siguiente, reunió al tribunal y mandó que le trajeran a Pablo.


«Él no cometió ningún pecado, ni de su boca salieron mentiras».


A ustedes los considero como hijos muy queridos. Por eso les escribo estas cosas para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un defensor, a Jesucristo, el Justo.


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