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Mateo 26:55 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

55 Y de inmediato dijo a la turba: ―¿Acaso soy un bandido, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo, y no me arrestaron.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

55 En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

55 Luego Jesús le dijo a la multitud: «¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme? ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve enseñando allí todos los días.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

55 En ese momento, Jesús dijo a la gente: 'A lo mejor buscan un ladrón y por eso salieron a detenerme con espadas y palos. Yo sin embargo me sentaba diariamente entre ustedes en el Templo para enseñar, y no me detuvieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

55 En aquella hora Jesús dijo a las turbas: ¿Como contra un bandido salisteis a prenderme con espadas y garrotes? Cada día° me sentaba para enseñar en el templo,° y no me prendisteis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

55 Entonces dijo Jesús a la gente: '¿Como a un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Día tras día estaba yo sentado en el templo enseñando, y no me arrestasteis.

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Mateo 26:55
15 Referencias Cruzadas  

Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo. ―¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?


Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo.


Jesús salió de aquel lugar y se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Otra vez se le juntó mucha gente y, como era su costumbre, les enseñaba.


Mientras enseñaba en el Templo, Jesús les propuso: ―¿Cómo es que los maestros de la Ley dicen que el Cristo es hijo de David?


Jesús enseñaba en el Templo todos los días. Los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los dirigentes del pueblo procuraban matarlo.


Un día, Jesús enseñaba al pueblo en el Templo. Mientras les predicaba la buena noticia, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, junto con los líderes judíos.


Luego cerró el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga lo miraban detenidamente.


Jesús esperó hasta la mitad de la fiesta para subir al Templo y comenzar a enseñar.


Por eso Jesús, que seguía enseñando en el Templo, dijo: ―¡Con que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! No he venido por mi propia cuenta, sino que me envió uno en quien se puede confiar. Ustedes no lo conocen,


Al amanecer se presentó de nuevo en el Templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles.


Estas palabras las dijo Jesús mientras enseñaba en el Templo, en el lugar donde se depositaban las ofrendas. Pero nadie lo arrestó, porque aún no había llegado su tiempo.


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