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Mateo 26:45 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

45 Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? Miren, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

45 Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 Luego se acercó a sus discípulos y les dijo: «¡Adelante, duerman y descansen! Pero miren, ha llegado la hora y el Hijo del Hombre es traicionado y entregado en manos de pecadores.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 Entonces volvió donde los discípulos y les dijo: '¡Ahora pueden dormir y descansar! Ha llegado la hora y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Luego viene a los discípulos y les dice: Dormid lo que resta y descansad. He aquí, la hora se ha acercado y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Entonces vuelve a los discípulos y les dice: '¡Ya podéis dormir y descansar! Está cerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

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Mateo 26:45
14 Referencias Cruzadas  

Él les respondió que fueran a la ciudad, a la casa de cierto hombre, y le dijeran: «El Maestro dice: “Mi tiempo está cerca. Voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».


«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».


Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo.


¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!».


Yendo un poco más allá, se arrodilló y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.


Todos los días estaba con ustedes en el Templo, y no se atrevieron a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas.


―Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre reciba la gloria —les contestó Jesús—.


»Ahora todo mi ser está angustiado. ¿Y acaso, por eso, voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido!


Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.


Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así: «Padre, ha llegado la hora. Da gloria a tu Hijo, para que tu Hijo te dé gloria a ti.


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