Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Mateo 12:50 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

50 Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

50 Pues todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

50 Tomen a cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los Cielos, y ése es para mí un hermano, una hermana o una madre.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

50 Porque todo el que haga la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano y hermana, y madre.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre'.

Ver Capítulo Copiar




Mateo 12:50
38 Referencias Cruzadas  

Señalando a sus discípulos, añadió: ―Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos.


Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del lago.


Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».


El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el menos importante, lo hicieron por mí”.


Él les responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el menos importante de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”.


―No tengan miedo —les dijo Jesús—. Vayan a decirles a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y allí me verán.


Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre.


Pero él les respondió: ―Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica.


Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.


Jesús le dijo: ―No me detengas, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes”.


―Esta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús.


Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que ve al Hijo y crea en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.


Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia. Sin embargo, ahora manda que todos, en todas partes, se arrepientan.


Al contrario, comencé a predicar en muchos lugares. Primero, en Damasco, luego en Jerusalén y en toda Judea. Después, les prediqué a los no judíos y les pedí que se arrepintieran y obedecieran a Dios. Les dije además que hicieran lo bueno, para que demostraran su arrepentimiento.


Pues Dios ya sabía desde un principio a quienes iba a elegir para ser transformados en personas semejantes a su Hijo. Por eso su Hijo es el mayor de muchos hermanos.


¿No tenemos derecho a viajar acompañados por una esposa creyente? ¿Acaso no es eso lo que hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Pedro?


Yo me preocupo mucho por ustedes, y eso es algo que Dios ha puesto en mi corazón. Lo que deseo es que ustedes sean de Cristo para siempre. Yo he prometido presentarlos a ustedes ante Cristo como una novia virgen y pura que se guarda para su único esposo.


Gracias a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, ya no importa si estamos o no circuncidados. Lo que importa es creer en Cristo y que esa fe nos lleve a amar a los demás.


Ya no es importante si estamos o no circuncidados. Lo que importa es que seamos personas distintas, porque Dios nos ha creado de nuevo.


En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.


a las ancianas, como a madres; a las jóvenes, como a hermanas, con respeto.


Así fue como Dios lo hizo perfecto, para que llegara a ser autor de salvación eterna para todos los que lo obedecen.


Por eso vivan el resto de su vida sin dejarse controlar por sus malos deseos y obedeciendo la voluntad de Dios.


Todo lo que la gente pecadora te ofrece y todo lo malo que hay en el mundo pronto se acabará. Pero el que hace la voluntad de Dios vivirá para siempre.


»Dichosos los que dejan de vivir en pecado, pues tendrán derecho al árbol de la vida. Ellos podrán entrar por las puertas de la ciudad.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos