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Marcos 10:21 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

21 Jesús lo miró con amor y añadió: ―Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. —Hay una cosa que todavía no has hecho —le dijo—. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Jesús fijó su mirada en él, le tomó cariño y le dijo: 'Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Entonces Jesús, fijándole su mirada, sintió amor por él, y le dijo: Una cosa te falta. Ve y vende cuanto tienes y dalo a pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y vuelve y sígueme.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Jesús entonces lo miró afectuosamente y le dijo: 'Una cosa te falta todavía: anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres, que así tendrás un tesoro en el cielo; ven luego y sígueme'.

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Marcos 10:21
29 Referencias Cruzadas  

Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.


Jesús le respondió: ―Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.


Al oír esto, el hombre se desanimó y se fue triste, porque tenía muchas riquezas.


Entonces llamó a la gente y a sus discípulos. ―Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.


pero solo una es necesaria. María ha elegido la mejor, y nadie se la quitará.


Vendan sus bienes y den a los pobres. Consigan bolsas que no se rompan y un tesoro en el cielo que no se agote. Allí no hay ladrón que llegue ni polilla que destruya.


Por eso les digo que usen las riquezas de este mundo para ganar amigos, para que, cuando estas se acaben, haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.


Al oír esto, Jesús añadió: ―Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.


Cuando se acercaba a Jerusalén, Jesús vio la ciudad y lloró por ella.


Dirigiéndose a todos, declaró: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga.


Quien quiera servirme debe seguirme. Donde yo esté, allí también estará mi siervo. Al que me sirva, mi Padre lo honrará.


Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.


Vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.


Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los amo tanto, ¿me amarán ustedes menos?


Así mismo serán perseguidos todos los que quieran vivir una vida de obediencia a Cristo Jesús.


También sintieron compasión de los que estaban en la cárcel. Y, cuando a ustedes les quitaron sus bienes, lo aceptaron con alegría, seguros de que tenían una riqueza mejor y más permanente.


Si alguien cumple con toda la Ley, menos un solo mandamiento, se considera culpable de desobedecer toda la Ley.


Sin embargo, tengo unas cuantas cosas contra ti: que soportas ahí a los que siguen las enseñanzas de Balán. Este aconsejó a Balac que hiciera pecar a los israelitas. Además, que los hiciera comer alimentos sacrificados a los dioses falsos y tener relaciones sexuales prohibidas.


Sin embargo, tengo contra ti que soportas a Jezabel, esa mujer que dice ser profetisa. Con su enseñanza engaña a mis servidores. Los obliga a tener relaciones sexuales prohibidas y a comer alimentos sacrificados a los falsos dioses.


Sin embargo, tengo en tu contra que has dejado de amar como al principio.


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