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Marcos 10:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

2 Algunos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: ―¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Unos fariseos se acercaron y trataron de tenderle una trampa con la siguiente pregunta: —¿Está bien permitir que un hombre se divorcie de su esposa?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 En eso llegaron unos (fariseos que querían ponerle a prueba,) y le preguntaron: '¿Puede un marido despedir a su esposa?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y acercándose unos fariseos, le preguntaban, para tentarlo, si es lícito a un hombre repudiar a su mujer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Se acercan a él también algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le preguntaban si es lícito al marido despedir a su mujer.

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Marcos 10:2
25 Referencias Cruzadas  

Entonces se le acercaron los discípulos y le dijeron: ―¿Sabes que los fariseos se ofendieron al oír eso?


Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús y, para ponerle una trampa, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.


Algunos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: ―¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?


Uno de ellos, experto en la Ley, le tendió una trampa con esta pregunta:


»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Les cierran a los demás el reino de los cielos, y ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo.


Pero los fariseos afirmaban: «Este echa fuera a los demonios por medio del príncipe de los demonios».


Jesús salió de aquel lugar y se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Otra vez se le juntó mucha gente y, como era su costumbre, les enseñaba.


―¿Qué les mandó Moisés? —respondió Jesús.


Llegaron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús. Para ponerle una trampa, le pidieron una señal del cielo.


―Tengan cuidado —les dijo Jesús—; ¡ojo con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!


―Resulta que ustedes los fariseos —les dijo el Señor— limpian el vaso y el plato por fuera. Sin embargo, por dentro están ustedes llenos de robo y de maldad.


Los fariseos oían todo y se burlaban de Jesús, porque les encantaba el dinero.


Pero los fariseos y los maestros de la Ley, que eran de un mismo grupo, criticaban a los discípulos de Jesús: ―¿Por qué comen y beben ustedes con cobradores de impuestos y con pecadores?


Así que los maestros de la Ley y los fariseos no le quitaban la vista de encima, para ver si sanaba en sábado. Buscaban un motivo para acusar a Jesús.


Pero los fariseos y los expertos en la Ley no quisieron ser bautizados por Juan. Rechazaron así el propósito que Dios tenía para ellos.


Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos citaron a una reunión del tribunal. ―¿Qué vamos a hacer? —dijeron—. Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas.


Por su parte, los jefes de los sacerdotes y los fariseos habían dado la orden de que, si alguien sabía dónde estaba Jesús, debía denunciarlo para arrestarlo.


Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba estas cosas acerca de él. Entonces, junto con los jefes de los sacerdotes, mandaron unos guardias del Templo para arrestarlo.


¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos?


Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo.


Tampoco provoquen el enojo de Cristo, como lo hicieron algunos y murieron mordidos por serpientes.


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