Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Lucas 5:17 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

17 Un día, mientras enseñaba, estaban sentados allí algunos fariseos y maestros de la Ley. Habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea y también de Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para sanar a los enfermos.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Cierto día, mientras Jesús enseñaba, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa estaban sentados cerca. (Al parecer, esos hombres habían llegado de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén). Y el poder sanador del Señor estaba presente con fuerza en Jesús.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Un día Jesús estaba enseñando, y había allí entre los asistentes unos fariseos y maestros de la Ley que habían venido de todas partes de Galilea, de Judea e incluso de Jerusalén. El poder del Señor se manifestaba ante ellos, realizando curaciones.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

17 En uno de aquellos días, aconteció que° estaba enseñando, y había allí sentados unos fariseos y doctores de la ley, los cuales habían llegado de todas las aldeas de Galilea y de Judea, y de Jerusalem, y el poder del Señor estaba en Él para sanar.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Un día, mientras él enseñaba, estaban allí sentados algunos fariseos y doctores de la ley, que habían venido de todas las aldeas de Galilea y de Judea y de Jerusalén. Una fuerza del Señor le asistía para curar.

Ver Capítulo Copiar




Lucas 5:17
20 Referencias Cruzadas  

Los ciegos ven, los cojos andan y los que tienen lepra son sanados. Los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia.


Se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén y le preguntaron:


Pero él salió y comenzó a hablar con mucha gente, contando lo sucedido. Como resultado, Jesús ya no podía entrar en ningún pueblo abiertamente. Tenía que quedarse en las afueras, en lugares solitarios. Aun así, gente de todas partes seguía buscándolo.


Tomarán en sus manos serpientes; y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud.


Los maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén decían: «¡Está controlado por Beelzebú! Echa fuera a los demonios por medio del príncipe de los demonios».


Al momento también Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó: ―¿Quién me ha tocado la ropa?


Los fariseos y algunos de los maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén se reunieron alrededor de Jesús.


Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».


Al cabo de tres días lo encontraron en el Templo. Estaba sentado entre los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.


Los maestros de la Ley y los fariseos comenzaron a pensar: «¿Quién es este que ofende a Dios? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».


Pero los fariseos y los maestros de la Ley, que eran de un mismo grupo, criticaban a los discípulos de Jesús: ―¿Por qué comen y beben ustedes con cobradores de impuestos y con pecadores?


Por eso, toda la gente procuraba tocarlo, porque de él salía poder que sanaba a todos.


Pero los fariseos y los expertos en la Ley no quisieron ser bautizados por Juan. Rechazaron así el propósito que Dios tenía para ellos.


―No, alguien me ha tocado —respondió Jesús—. Yo sé que de mí ha salido poder.


―Tú eres maestro de Israel ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—.


En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios».


Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo.


Por eso, extiende tu mano para sanar y hacer milagros y maravillas mediante el nombre de tu santo siervo Jesús».


Pero estaba allí un fariseo llamado Gamaliel, que era un maestro de la Ley muy respetado por todo el pueblo. Él se puso de pie en el tribunal y mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos