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Lucas 15:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

24 Porque este hijo mío estaba como muerto, pero ahora ha vuelto a la vida. Se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”. Así que empezaron a hacer fiesta.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado. Y comenzaron la fiesta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido, y fue hallado. Y comenzaron a regocijarse.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado'. Y comenzaron a celebrar la fiesta con alegría.

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Lucas 15:24
34 Referencias Cruzadas  

―Sígueme —le respondió Jesús—, y deja que los muertos entierren a sus muertos.


Cuando llegaron a Betsaida, algunas personas le llevaron un ciego a Jesús y le rogaron que lo tocara.


Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones, para vencer todo el poder del enemigo. Y nada les podrá hacer daño.


Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete.


»Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile.


Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba como muerto, pero ahora ha vuelto a la vida. Se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”».


«Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla?


Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.


―Deja que los muertos entierren a sus muertos, pero tú ve y anuncia el reino de Dios —le respondió Jesús.


Entonces Jesús le dijo: ―Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.


Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes él quiere.


Pues, si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, cuando sean aceptados tendrán vida eterna.


Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.


Eso mismo ha sucedido con ustedes. Piensen que han muerto y el pecado ya no tiene poder sobre ustedes. Y gracias a Cristo Jesús ahora viven para agradar a Dios.


No permitan que su cuerpo sea usado por el pecado para hacer lo malo. Al contrario, permitan que Dios use su cuerpo para hacer el bien, pues ustedes ahora son diferentes, es como si hubieran vuelto de la muerte a la vida.


Pues, al estar unidos a él, el Espíritu nos da vida y nos libera del control del pecado y de la muerte.


Si una de las partes sufre, las demás comparten su sufrimiento. Si una de ellas recibe trato especial, las demás se alegran con ella.


Para Dios ustedes estaban muertos, pues vivían haciendo el mal y pecando.


que nos dio vida por medio de Cristo. Aun cuando estábamos muertos para Dios por causa de nuestros pecados, él nos dio vida. ¡No merecíamos este amor por el cual somos salvados!


Todo lo podemos ver gracias a la luz. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo».


Antes de recibir esa circuncisión espiritual, Dios los consideraba muertos, pues vivían pecando. Sin embargo, por medio de su unión con Cristo, Dios les perdonó todos los pecados y les dio vida.


En cambio, la viuda que solo piensa en el placer ya está muerta en vida.


Estos malvados de quienes hablo son un peligro oculto: sin ningún respeto a Dios convierten en fiestas del mundo las comidas de amor fraternal que ustedes celebran en la iglesia. Buscan solo su propio provecho. Son como nubes sin agua que arrastra el viento. Son como árboles que no dan fruto cuando debieran darlo; árboles que están tan muertos que son arrancados de raíz.


»Escribe al ángel de la iglesia de Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas dice esto: Conozco todo lo que haces. Pareces estar vivo, pero en realidad para Dios estás muerto.


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