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Juan 9:35 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

35 Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre y, al encontrarlo, le preguntó: ―¿Crees en el Hijo del hombre?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

35 Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Cuando Jesús supo lo que había pasado, encontró al hombre y le preguntó: —¿Crees en el Hijo del Hombre ?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Jesús se enteró de que lo habían expulsado. Cuando lo encontró le dijo: '¿Tú crees en el Hijo del Hombre?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Oyó Jesús que lo habían echado° fuera, y hallándolo, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Se enteró Jesús de que lo habían arrojado fuera y, al encontrarse con él, le preguntó: '¿Tú crees en el Hijo del hombre?'.

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Juan 9:35
32 Referencias Cruzadas  

Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: ―Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.


―Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.


El tentador se le acercó y le propuso: ―Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.


Comienzo de la buena noticia de Jesucristo, el Hijo de Dios.


A Dios nadie lo ha visto nunca. El Hijo único, que es Dios, nos lo ha dado a conocer, pues vive en unión íntima con el Padre.


Yo lo he visto y por eso testifico que este es el Hijo de Dios».


Entonces, ¿por qué me acusan de ofender a mi Padre, quien me apartó para enviarme al mundo? ¿Tan solo porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”?


Marta le dijo: ―Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.


―¡Señor mío y Dios mío! —dijo Tomás.


Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Así, al creer en su nombre tienen vida.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que no cree en el Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios».


Después de esto, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: ―Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor.


Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.


Sus padres contestaron así por miedo a los judíos. Es que ya estos habían acordado que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo.


Ellos respondieron: ―Tú, que naciste lleno de pecado, ¿vas a darnos lecciones? Y lo expulsaron.


Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el oficial etíope: ―Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?


En seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.


Pero, cuando resucitó, a través del poder del Espíritu Santo, quedó demostrado que era Hijo de Dios. Él es Jesucristo nuestro Señor.


Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban. Me di a conocer a los que no preguntaban por mí».


El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios vivirá perfectamente unido a Dios.


El que cree en el Hijo de Dios acepta lo que Dios dice acerca de su Hijo. El que no le cree a Dios está diciendo que él es un mentiroso, pues no cree en lo que Dios ha dicho acerca de su Hijo.


Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el Hijo de Dios. Lo hago para que sepan que tienen vida eterna.


Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y nosotros somos amigos de su Hijo Jesucristo, quien es el Dios verdadero y nos da vida eterna.


Los que vencen a la maldad del mundo son los que creen que Jesús es el Hijo de Dios.


Por eso, si voy, no dejaré de reclamarle por su mal comportamiento. Pues él, con palabras malintencionadas, habla contra nosotros solo por hablar. Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos en la fe que llegan de visita. Si alguien los quiere recibir, no le permite hacerlo y lo echa fuera de la iglesia.


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