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Juan 8:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

9 Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos. Así que Jesús se quedó solo con la mujer, que aún seguía allí.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Al oír eso, los acusadores se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los de más edad, hasta que quedaron solo Jesús y la mujer en medio de la multitud.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo con la mujer, que seguía de pie ante él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Ellos, al oírlo, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta quedar solos Jesús y la mujer, que estaba allí delante.

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Juan 8:9
22 Referencias Cruzadas  

Cuando razonó así, quedaron humillados todos sus enemigos. Pero la gente estaba encantada de tantas maravillas que él hacía.


Entonces él se incorporó y le preguntó: ―Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?


Una vez más Jesús se dirigió a la gente y les dijo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.


Al amanecer se presentó de nuevo en el Templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles.


Los maestros de la Ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio. La pusieron en medio del grupo


E, inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo.


Ellos saben si están haciendo lo bueno o lo malo. En su mente juzgan si algo está bien o mal. Ellos demuestran por su conducta que llevan la Ley escrita en su mente.


Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que odias a los ídolos, ¿robas de sus templos?


Pero, aun si nuestra conciencia nos hiciera sentir culpables de algo, debemos recordar que Dios es más grande que nuestros sentimientos y lo sabe todo.


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