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Juan 7:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

12 Entre la gente corrían muchos rumores acerca de él. Unos decían: «Es una buena persona». Otros decían: «No, él engaña a la gente».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Se oían muchas discusiones acerca de él entre la multitud. Unos afirmaban: «Es un buen hombre», mientras que otros decían: «No es más que un farsante que engaña a la gente»;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Corrían muchos comentarios sobre él entre la gente. Unos decían: 'Es muy buena persona. Otros replicaban: 'En absoluto, ése está engañando al pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y había mucho murmullo entre las multitudes° respecto a Él, pues unos decían: Es bueno; otros decían: No, sino que engaña a la gente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Había entre la gente muchos comentarios acerca de él. Unos decían: 'Pues es un hombre de bien'. [Pero] otros replicaban: 'No; sino que está engañando al pueblo'.

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Juan 7:12
20 Referencias Cruzadas  

Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!


Buscaban la manera de arrestarlo, pero temían a la gente, porque esta lo consideraba un profeta.


―Señor —le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: “A los tres días resucitaré”.


―¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie es bueno sino solo Dios.


El capitán romano, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo: ―¡Verdaderamente este hombre era justo!


Había un hombre bueno y justo llamado José, miembro del tribunal.


El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien. Pero el que es malo, de su maldad produce el mal. Pues de lo que abunda en el corazón habla la boca.


Todos se llenaron de temor y alababan a Dios. ―Hay entre nosotros un gran profeta —decían—. Dios ha venido en ayuda de su pueblo.


Al ver la señal que Jesús había realizado, la gente comenzó a decir: «En verdad este es el profeta, el que ha de venir al mundo».


Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba estas cosas acerca de él. Entonces, junto con los jefes de los sacerdotes, mandaron unos guardias del Templo para arrestarlo.


―¿Así que también ustedes se han dejado engañar? —respondieron los fariseos—.


―¿También tú eres de Galilea? —respondieron—. Investiga y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.


Algunos de los fariseos comentaban: «Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado». Otros decían: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes señales milagrosas?». Y había desacuerdo entre ellos.


Un gran número de personas aceptó al Señor, pues Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe.


Es muy difícil que alguien muera por un justo. Pero tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena.


Háganlo todo sin quejas ni pleitos.


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